El día de mañana, sábado 6 de junio, se enfrentarán en el MGM Grand de la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos, uno de los dos mejores boxeadores libra por libra del mundo, el filipino Manny Pacquiao (54 victorias, 38 de ellas por la vía rápida, 3 derrotas y 2 empates), y una de las estrellas emergentes de este deporte, el norteamericano Timothy "Desert Storm" Bradley (invicto con 28 peleas ganadas, 12 de ellas por KO) por el título Welter de la Organización Mundial de Boxeo. PENAL (de acá para allá) te trae todo lo que necesitás saber para prepararte para semejante espectáculo.
Han sido meses complicados para Pacquiao desde su victoria contra Juan Manuel Márquez. Ya su pelea con Sugar Shane Mosley había generado murmullos entre el público, al haber sido el filipino incapaz de dar caza al esquivo norteamericano. Pero lo de Dinamita Márquez fue directamente un robo, y Pac Man lo sabe. El tema es cómo influenciará esto su performance de mañana contra Bradley. Esto se suma a otros temas que hacen dudar de su concentración. El hecho de que a partir del año pasado haya comenzado a dedicar un buen tiempo todas las semanas a participar en estudios de la biblia, de que se ocupe más de su rol como congresista en sus natales Filipinas que como boxeador, así como la aparición de problemas de índole impositivo con la ley y los rumores de separación de su esposa no pueden ser buenos. Sumado esto a que la caída de su imagen positiva y el poco hype al que se ha sometido la pelea con Bradley hacen pensar que en cualquier momento a The Fighting Pride of the Phillipines podrían soltarle la mano desde las altas esferas del boxeo (léase el nefasto Bob Arum).
Bradley es un tipo de esos que no tienen nada particularmente bueno pero que se ha sabido transformar en un boxeador de primer nivel. Su mano no es particularmente pesada, su defensa no es nada del otro mundo, no tiene la técnica de muchos de sus colegas afroamericanos, pero tiene una gran solidez psicológica, muchísimo hambre y es un púgil lo suficientemente inteligente como para controlar los combates sin problemas. Suele achacársele el hecho de que en muchas de sus peleas sus rivales recibieron cabezazos. que aunque siempre fueron tachados de "accidentales" nadie termina de saber hasta dónde no fueron un arma más de Desert Storm. Una de sus grandes bazas en vistas a este combate es su condición física. La capacidad atlética de Bradley es realmente envidiable, y no solamente es uno de los tipos que entrena con mayor intensidad entre la elite, sino que además combina esto con una dieta estríctamente vegana antes de cada pelea. Las imágenes de su entrenamiento que transmitió el documental de HBO 24/7 fueron realmente impresionantes. Bradley se está tomando esta pelea como lo que es, su gran chande de probar al mundo lo que realmente vale. Y mierda si está motivado.
Con todo lo mal que puede llegar, es innegable que hoy día no hay un boxeador como Manny. Nadie lanza golpes a la velocidad que él lo hace, nadie realiza sus combinaciones irreales, nadie utiliza ángulos imposibles para castigar constantemente al rival. Nadie. Solo Floyd Mayweather Jr lo supera en rapidez de manos, pero el norteamericano no lastima de la forma en que el filipino lo hace. Y aunque no ha llegado en gran estado físico a sus últimas peleas, aún así pudo contemplarse a un Shane Mosley totalmente enfocado en huir del intercambio de golpes. El mismo Mosley que hace un mes estaba recibiendo sin problemas mazazos del jovencísimo Saúl el Canelo Álvarez.
Bradley se tiene tanta fe que mandó a imprimir los afiches para la revancha (haciendo referencia a la cláusula que permite a Pacquiao pedir un combate de este tipo en caso de perder)
En todo caso será una pelea entretenida. Por enésima vez a Pacquiao le han puesto enfrente un peleador del estilo que le conviene a él y al público. Cuando el filipino se cruza con un contragolpeador como Márquez suele hacer agua, pero contra tipos que van al frente (léase Cotto, Margarito, Hatton, Morales) sale a la luz todo el esplendor del mejor Pac Man. Bradley está más cerca de estos luchadores, aunque sin el poder de golpe ni el aura legendaria de muchos de estos. Y lo más probable es que la elección de Timothy como rival de Pacquiao responda, justamente, a la necedidad de volver a poner por los cielos el valor de las acciones del asiático. Y tal vez, luego de otro espectáculo admirable como los que ya nos ha regalado en más de una ocasión el Pac Man, se vuelva a hablar de la megapelea que nunca fue: Manny Pacquiao vs. Floyd Mayweather Jr.
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