viernes, 12 de octubre de 2012

La Disciplina en el Fútbol

Existe un concepto al que los militares en Argentina, los periodistas y los mismos directores técnicos han quitado mucho valor en su nombre, al punto de adjudicarle cierta connotación negativa: la disciplina. Si uno exige disciplina en el fútbol, es un ultradefensivo; si uno exige disciplina en la vida, es un fascista. Por ello, resulta crucial salir a su defensa, rescatarla de esta falsa aprehensión del término y, claro, asignarle su verdadero valor.


¿Qué es la disciplina y por qué es importante? En particular, ¿qué es la disciplina en el fútbol y por qué nos interesa? Según Wikipedia, la disciplina "es la instrucción sistemática dada a discípulos para seguir un determinado código de conducta u `orden´". En palabras más informales, la disciplina es hacer lo que se debe. Y ese "lo que se debe" aglutina los conceptos de tiempo, espacio y acción en algo externo, en algo que es independiente de lo que yo como individuo opino que es en determinada circunstancia. Muchas veces, realizamos o dejamos de realizar un deber en función de las ganas que tengamos. Mis acciones fueron diferentes; ser disciplinado implicaba realizar la misma acción en ambos casos.

En el fútbol, existen dos claros ejemplos donde la disciplina se encuentra presente, y que sobresalen del resto:
  • La disciplina táctica: como bien se mencionó anteriormente, se tiende a asociar la etiqueta de "equipo disciplinado tácticamente" a ciertos conjuntos defensivos, que se aglomeran para reducir espacios de mitad de cancha para atrás. No obstante, el concepto es más hermoso y bello de lo que presuponemos. Un equipo disciplinado tácticamente es aquel en el que sus jugadores hacen lo que se debe. Más aun, los grandes equipos de la historia (como el Barcelona de Guardiola, el de Cruyff, la Holanda del ´74, el Brasil del ´70 o el Milan de Arrigo Sacchi) han sido precisamente los equipos más disciplinados de la historia. Cada jugador entendía lo que se debía hacer, y ocupaba el correspondiente espacio en el tiempo y de la forma que la situación misma pedía (y no de la voluntad de cada jugador en ese momento). No es casualidad, tampoco, que históricas figuras del deporte (como el mismísimo Michael Jordan y hasta en un gran porcentaje Diego Armando Maradona) hayan derivado tanto éxito precisamente de ejercicios sistemáticos. En el Manual del Número 8 hemos notado la "receta del recorrido" como un claro ejemplo del valor de la disciplina, y de alguna manera el pressing es la misma disciplina enarbolada en un alto nivel de expresión.
  • El trabajo de la semana: una de las cuestiones más interesantes que se me ocurren consiste en invitarte a reflexionar por qué, con 20, 25 o 30 años, no sabés pegarle de zurda. O por qué tu cabezazo ejecuta un tiro bastante azaroso. ¿Por qué no sabés pararla de muslo o de pecho de manera natural? ¿Por qué tus centros no son lo que debieran ser? Es muy probable que un primer atisbo de respuesta iría a tener que ver con la falta de tiempo. Es muy probable, también, que te hayas inmediatamente frenado y dado cuenta que, como es obvio, esos 20, 25 o 30 años seguramente serán más que suficientes para incorporar innumerables recursos a tu portafolio de habilidades. Lo que ha faltado es disciplina, y aunque tu sentido del deber reclamaba a gritos destinar tiempo adicional para generar nuevas virtudes, tus voluntades internas primaron sobre el deber. Lo mismo ocurre con el 99% de los jugadores y equipos de fútbol mundial, en una plaga que fácilmente podría erradicarse de contar con los famosos dos gramos de conciencia y dedicación.
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La paradoja de toda esta historia es que la relación esfuerzo - frutos del esfuerzo es prácticamente lineal y perfecta, asumido un horizonte temporal no tan corto. Y aun así, muchas veces no se consigue superar esa barrera de la comodidad, del frío o del mal humor temporario, y la trampa del "prometo que mañana empiezo" nos espera a la vuelta de la esquina.


Es menester izar la bandera nuevamente e invitar a cada jugador y a cada equipo a autosuperarse. Por más que queramos sistemáticamente ubicarlos en diferentes veredas, lo opuesto es complementario. La disciplina es prima hermana y primer paso para generar la creatividad. Y éstas, combinadas, constituyen la piedra angular para lograr la libertad y la memoria eterna en el fútbol.

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