jueves, 12 de diciembre de 2013

The return of the Black Mamba

Anoche se produjo el esperado retorno a las canchas de uno de los mejores (o el mejor) jugadores de los últimos 15 años de la NBA, y uno de los íconos mas grandes del basket alrededor del mundo. Por si es algún caído del catre, les cuento que no, no es Román González (?) sinó que estamos hablando de Kobe Bryant, quien regresó luego de unos largos ocho meses de recuperación luego de la rotura del tendón de aquiles de su tobillo izquierdo.
Lamentablemente, para muchos de los hinchas de los Lakers, el regreso del hijo pródigo no fue el esperado, aunque su nivel fue el lógico para una persona que regresa a la actividad luego de una larga inactividad producto de una lesión y que casi no tuvo ritmo de competencia en la previa. Es decir, Kobe regresó a las canchas casi sin pretemporada (no refiriendome al acondicionamiento físico, sino al no poder adquirir ritmo de juego), y por momentos, en el juego de ayer, se lo mostró falto de confianza, mucho mas predispuesto a pasar la pelota que a tirar al aro (si, estoy escribiendo en serio).

El partido fue una derrota por 106-94 sobre unos Toronto Raptors que no contaron con Rudy Gay en la cancha, por la sencilla razón de que unos minutos antes del comienzo del partido había sido transpasado a los Sacramento Kings, junto a Quincy Acy y Aaron Gray (algo que no viene al caso, pero bien vale mencionarlo). Es muy fácil decir de que si Kobe no hubiera jugado este partido, los Lakers podrían haber hecho algo mejor en la cancha o incluso, haber podido ganar el partido, pero la verdad es que este equipo sin Kobe no tiene esperanzas de nada. Con él, las chances de poder alcanzar un puesto de playoffs se acrecientan, pero para eso, el 24 deberá volver a ser el jugador dominante que siempre supo ser, y la única forma de que eso pase, es que minutos en la cancha. Es decir, el partido de anoche, más los próximos 4 o 5 juegos (tal vez más) serán un "pierda ahora y gane a futuro" para la franquicia angelina.


Pasando a los frios números, Kobe jugó casi 28 minutos y en ese lapso de tiempo, tan solo tiró 9 veces al aro. Es decir, un tiro cada poco mas de tres minutos de juego. Esta es una clara demostración de la falta de confianza, debido a que su promedio en sus nueve temporadas anteriores, en ninguna, promedió menos de un tiro cada dos minutos (claro que comparar un partido contra temporadas enteras es un poco engañoso, pero bien vale para ejemplificar lo que le está pasando). Otro detalle, es que finalizó el partido con 8 perdidas, un número inusual para él, sobretodo teniendo en cuenta el tiempo que estuvo dentro de la cancha.
¿Que se puede esperar de Black Mamba en lo que queda de la temporada? La respuesta de eso es simple, Kobe volverá a ser Kobe, puede tardar dos partidos más, por ahí cuatro u ocho, pero a la larga volverá a ser el mismo. Tal vez el cuerpo ya no le dé para jugar tantos minutos como hizo a finales de la temporada pasada, precisamente cuando el cuerpo le dijo basta, pero la calidad de un jugador no se va con una lesión. Puede quedar mermado en lo físico, pero cuando uno es un excelente deportista, un elegido, la calidad e inteligencia, hacen de que pueda reinventarse para poder seguir brillando.


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