El pasado sábado 17 de marzo, en el teatro del mítico Madison Square Garden en la ciudad de New York, Estados Unidos, el argentino Sergio "Maravilla" Martínez (49 peleas ganadas, 28 de ellas por knockout, 2 perdidas y 2 empatadas), uno de los tres mejores boxeadores libra por libra del mundo, derrotó al británico-irlandés Matthew "Mack The Knife" Macklin (28 victorias, 19 antes del final, así como 4 derrotas), para mantenerse sin lugar a dudas como el mejor Mediano de la actualidad.
La pelea se mostró mucho más complicada de lo que la mayoría esperaba, con un Macklin jugado, sin recular ante los escuetos avances de un Maravilla que parecía haber subido con cierto pudor al ring. El europeo se creció de una forma que a cualquiera que conociera al quilmeño se le antojaría de innecesaria. Aunque la realidad era que (y el resultado lo comprobó) lo mejor para el veterano púgil argentino era tener paciencia y realizar un trabajo de desgaste round a round, sin importar realmente si Macklin arrancaba con una luz de ventaja en las tarjetas. La duda era si Maravilla estaba realmente preparado físicamente como para seguirle el ritmo durante 12 asaltos a un boxeador 8 años menor. Qué imbéciles los que siquiera dudamos un momento.
De hecho hasta la llegada del séptimo round la pelea estaba prácticamente empatada, con un Maravilla que parecía no poder encontrarle la vuelta al voluntarioso Macklin. El irlandés ya había demostrado en su pelea con Félix Sturm que posee una garra realmente admirable sobre el ring, pero sorprendió a propios y extraños al no salir de forma kamikaze a intentar destruir con golpes al cuerpo del argentino. En cambio manejó la primera mitad del combate con una prestancia que pocos le atribuían. Si, no tiene buena técnica ni movilidad. Si, no coloca sus golpes como para que lastimen todo lo que podrían. Pero sin embargo estaba complicándole la vida a Maravilla, y durante el transcurso del séptimo round, un golpe de Macklin, sumado a algo que venía intentando desde el primer asalto (colocar sus piernas a un costado de las de su rival para hacerle una simil zancadilla) , hizo que Martínez trastabillara y tocara la lona con su guante derecho. A pesar de que había sido un tropiezo, el árbitro contabilizó aquello como una caída. Tras la campana, Macklin estaba satisfecho. Con aquel knockdown iba arriba en las tarjetas. Solo que no contaba con la furia de Maravilla luego de aquel incidente.
Maravilla ríe de la decisión del árbitro
A partir del octavo round arrancó una pelea completamente distinta, con un Martínez decididamente ofensivo, lanzando con una certeza notable ante un Macklin que de pronto parecía haberse olvidado de todo lo bueno que había conseguido en la primera mitad del combate. El argentino se movía con gracia sobre el ring y golpeaba con una contundencia sorprendente.
Abro un paréntesis solamente para dejar la constancia de que me sorprendió la fuerza de los golpes de Maravilla. Hay veces que un knockout engaña. Pienso en el explosivo KO de Nonito Donaire a Fernando Montiel, que catapultó al mediocre filipino al estrellato, y que hizo creer a muchos que realmente tenía dinamita en los guantes. Y pensé que el knockout de Martínez a Williams había sido un caso similar. Sin embargo, el sábado se comprobó que la fuerza del quilmeño es mucho mayor de lo que realmente aparenta. Macklin es el mismo que fue hasta el final contra un Felix Sturm que lo castigó sin que el irlandés plantara ningún tipo de defensa. Y sin embargo el argentino en media pelea dejó a Mack The Knife completamente desfigurado. Martínez terminó peleando como el superdotado técnico que es. Pero a no confundirse. Fue su resistencia, su capacidad para tener aire en todos y cada uno de los rounds, y también su potencia la que terminó marcando el resultado.
Los últimos rounds fueron un recital boxístico, y luego de un onceavo asalto en el que el irlandés fue derribado dos veces, su esquina decidió terminar con la pelea para que no recibiera un castigo innecesario en los últimos 3 minutos de combate.
¿Qué sigue entonces para el genial Maravilla Martínez? Difícil saber. Luego de la pelea, el promotor encargado de sus peleas, Lou DiBella, declaró que el argentino estaba dispuesto a hacer un sacrificio enorme para pelear con Floyd Mayweather Jr: bajar a las 150 libras de peso (68,04 kilogramos) siendo que en la actualuidad combate en 160 (72,57 kilos) y aceptar una división de las ganancias de 80/20, llevándose el norteamericano la mayor tajada. Es realmente un sacrificio enorme por parte de Maravilla, y demuestra realmente lo que desea ese gran combate que se le viene negando desde hace ya mucho tiempo. Mayweather peleará el próximo 5 de mayo contra el boricua Miguel Cotto, y luego deberá afrontar 90 días de prisión, por lo que es poco factible que una pelea entre estos dos monstruos se de en este 2012 (tal vez, con suerte, en diciembre). DiBella también dejó bien en claro que Martínez no va a pelear ni contra Andre Ward, campeón del Supersix, contra Lucian Bute, ni contra ningún peso Supermediano, puesto que el argentino ya de por sí está más cerca de ser un Superwelter que un Mediano. El promotor incluso mencionó al espectacular James "Mandingo Warrior" Kirkland, en algo que, aunque no resultaría un arreglo lo suficientemente grande para el quilmeño, si sería un emparejamiento impactante a nivel show.
Ojalá se pueda dar lo de Mayweather. En serio. Pero lo que en DAPA queremos (y lo que sabemos que Maravilla quiere) es tener la chance en la segunda mitad del año de terminar con la gran mentira del boxeo actual. La oportunidad de recuperar el título que tan injustamente le fue arrebatado. La posibilidad de plantarse frente a frente sobre un ring con Julio César Chávez Jr. para así exponerlo como lo que realmente es ante los ojos del público, de todos los aficionados y de la historia del deporte.
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