Imagino la locura que se vivirá en Nápoles y no es para menos. Un cuarto de siglo después de Diego Armando Maradona el equipo azzurro vuelve a levantar la Coppa Italia al derrotar a la Juventus por 2 a 0 en el estadio Olímpico de Roma, justamente para hacer "Eterna" la celebración.
Napoli fue superior y gracias al aporte de los sudamericanos. En todo momento supo apoyarse en lo que le brindaron hombres como Hugo Campagnaro y Juan Camilo Zúñiga, aunque la contribución esencial la hicieron Walter Gargano, quien no participó del encuentro final, y Ezequiel Lavezzi y Edinson Cavani.
Los mencionados anteriormente no son los únicos sudamericanos. La colaboración, aunque menor, existió también por parte de Miguel Ángel Britos, Eduardo Vargas, Federico Fernández e Ignacio Fidelef.
Napoli supo sacarle el jugo a un goleador temible como es Cavani. El chico que nació en Salto, que se crió en un ambiente humilde y que se formó en Danubio comenzó deslumbrado en las divisiones menores de la selección de Uruguay. Cuando viajó sin escalas al Palermo de Italia lo único que mostró fue un crecimiento ininterrumpido.
Cavani y Lavezzi artífices de la alegría
Lavezzi fue alcanzando peldaños de idolatría. Se sabe que el tifoso del Napoli es especial pero cuando uno ya no puede caminar cómodamente por la calle porque todo el mundo lo conoce dentro de la urbe, entonces estamos en presencia de una figura importante. Lavezzi, además, cuenta con un plus: es argentino. Y ser argentino en Nápoles, jugar para la institución y además hacerlo dejando huella, es una combinación que no se le escapará nunca al fervoroso fanático.
Los de Walter Mazzarri ganaron, merecieron siempre, tuvieron hambre y usufructuaron los titubeos de una Juve con resaca de campeón invicto de la serie A del calcio.
El estandarte de Maradona en Napoli sumó, a partir de este inolvidable domingo 20 de mayo de 2012, nuevas estrellas.
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