miércoles, 21 de noviembre de 2012

El colapso financiero del deporte mundial

Ezequeiel Fernández Moores, uno de los periodistas deportivos más destacados de nuestro país, realizó un brillante análisis sobre la realidad económica que tiñe a las multimillonarias ligas del deporte mundial, ya sea el fútbol español e italiano y el basquet estodounidense.

Estos clubes, la mayoría entidades privadas, han malgastado sus fondos y hasta dinero que no tenían para seguir promoviendo un negocio más relacionado al star-system hollywoodense que al verdadero proposito que deberían seguir: promover y facilitar el accedo de la cultura deportiva a la población. Pero esto resulta más una utopía barrial que una realidad global.

Según escribe en su artículo Fernández Moores para CanchaLlena.com, “el fútbol se convirtió en otra cosa a partir de la explosión de la TV y de las nuevas tecnologías”, explica. Y cuenta la influencia de otro impacto, a partir del caso Bosman. “Bosman fue modesto jugador belga que fue hasta la Suprema Corte de Luxemburgo de la Unión Europea (UE) porque su club, Lieja, le había rebajado el sueldo de 4000 a 1500 dólares y le exigía una indemnización de 800 mil dólares para autorizar su pase al Dunkerke, un equipo de Segunda en Francia. Gracias a su reclamo, la Corte de Luxemburgo estableció en 1995 que los futbolistas son dueños de sus pases al término de los contratos y que deben circular libremente dentro de la UE. La sentencia, como sucedió en otros ámbitos, fue también una victoria para los clubes más poderosos, que impusieron sus dineros como nunca una vez que la pelota también se hizo liberal”.



El fenómeno español se explica a partir que los clubes gastaron más de lo que sus ganancias le permitían, y además lo hicieron a través de créditos de otras entidades, por lo que su crisis es similar a la financiera global. “En España, se sabe, el gran desequilibrio se produce porque Barcelona y Real Madrid se adueñan del 53 por ciento del dinero que paga la TV. Su batalla, encarnizada desde la llegada del Emperador José Mourinho, empujó al resto de los clubes a una carrera imposible. Para escapar de la crisis, el fútbol español da pasos que antes se concebían sólo en el Tercer Mundo. Satisface a la TV programando partidos a toda hora, incluyendo las doce del mediodía y las diez de la noche, para que lo vean en China. Y acepta que los jugadores ya no pertenezcan a los clubes, sino a fondos de inversión”, detalla Fernández Moores.



En Europa, es problema es similar. “La UEFA, temerosa de que explote la burbuja, advirtió que a partir de la próxima temporada no permitirá jugar en las copas europeas a los clubes que gastan más de lo que ganan. La queja fue liderada por los clubes alemanes, los mejor administrados en las ligas top, y cansados de una competencia desleal”, pero la realidad no será tan así.



“¿Cómo no comprarle a la FIFA el Mundial 2022?”, se pregunta el periodista. “Dineros rusos también se aseguraron el Mundial de 2018. ¿Y acaso Kobe Bryant, el astro millonario de la NBA en paro, no está recibiendo jugosas ofertas para jugar en China y en Turquía? Es el nuevo mapa de la poscrisis. Y para dibujarlo, nada mejor que el deporte, víctima hoy de su propio gigantismo, pero aun así vidriera cada vez más inigualable en estos tiempos de puro espectáculo”, concluyó Fernández Moores.

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