Se armó para arrasar la liga. Echó al técnico Mike Brown luego de cuatro derrotas en los primeros cinco partidos. Intentó traer a uno de los más ganadores, Phil Jackson. Termino contratando a Mike D’Antoni, totalmente opuesto. Uno de sus máximos ídolos, Kobe Bryant, se metió entre los cinco jugadores de más de 30 mil puntos en la historia. Parecía que resurgía. Pero volvió a caer. Y en el medio de este tobogán, Steve Nash, ese base exquisito que dio la NBA hace 16 años, se sumó como el quinto jugador con 10 mil asistencias repartidas.
Pero hoy no vamos a hablar ni analizar al quinteto de D’Antoni, porque es el momento de Nash. El base canadiense llegó con el sueño de sacarse la espina del campeonato, algo que no pudo conseguir hasta ahora. Sin embargo, nada salió como lo esperaba. Una lesión en la pretemporada lo dejó afuera de la preparación, pero pudo estar en el comienzo de la temporada, aunque solo por dos partidos por una nueva lesión en su rodilla izquierda. Fueron 24 encuentros los que estuvo afuera. Y volvió, pero el rendimiento grupal siguió igual. De poco sirvieron los doble-doble del 10 angelino.
El martes, en una nueva derrota – esta vez contra Houston Rockets -, Nash consiguió su premio “consuelo”. Es que con su pase para el doble de Antawn Jamison cuando restaban 29 segundos para terminar la primera mitad, el veterano base de 38 años llegó a las 10 mil asistencias en la NBA, marca que solo superaban hasta el momento cuatro jugadores: la leyenda de Utah Jazz, John Stockton, con 15.806, el inacabable Jason Kidd con 11.969, el actual entrenador del Golden State, Mark Jackson con 10.334 y finalmente, uno de los mejores de la historia, Magic Johnson con 10.141.
El top 10 de su carrera, con la perla de las dos asistencias “futboleras” a Stoudemire en un concurso de volcadas “Es un ejemplo más de una carrera que parece un cuento de hadas”, comentó Nash tras terminar la derrota. Carrera que comenzó en 1996 en su Phoenix Suns querido, ese donde pasó casi toda su carrera. Elegido en el puesto número 15 de uno de los mejores draft en la NBA (Kobe Bryant, Allen Iverson, Ray Allen, Marcus Camby). Tras definirse por el básquet, a pesar de ser un muy buen jugador de fútbol en su adolescencia (talento que aún tiene), ya asomaba ese base exquisito en la Universidad, de asistencias mágicas y que se destacan por una cosa especial: hacer mejor a sus compañeros.
En los primeros dos años en Phoenix, el canadiense promedió 10 y 20 minutos respectivamente, aumentando sus asistencias de 2 a 3 de media, y sobre todo sus puntos, de 3,3 a 9,1. Casualidades del destino, en esos años coincidió con Jason Kidd en el equipo, otro de los mejores bases de la historia. En ambas temporadas, los Suns no pudieron avanzar más de la primera fase de los playoffs – primero Seattle y después San Antonio -. Nash corría con desventaja frente a Kidd y otros bases que habían quedado de aquel equipo finalista en 1993, Kevin Johnson y Sam Cassell. Sin mucho protagonismo, se mudó a Dallas, donde estuvo seis temporadas. Y sus asistencias siguieron aumentando, tanto que fue indudablemente el lider de un equipo que veía las primeras armas de un alemán rubio y alto, un tal Dirk Nowitzki. El canadiense era el comandante de los ataques de los Mavericks y con 17,9 pts y 7,3 asistencias por partido, integró su primer All Star Game en la 01/02 (seis en total). Sin embargo, el salto de calidad llegó con su regreso a Phoenix en el 2004, y también la vuelta de Phoenix a la pelea tras un record espantoso.
Nash fue el máximo asistidor de la NBA en su primera temporada de regreso a los Suns con 11,5. Ese mismo record lo repitió los siguientes dos años (10,5 y 11,6). En la 2004/05 y 05/06, no solo tuvo el honor de ser el mejor repartidor de la liga, sino que además logró sus únicos dos MVP de temporada regular, máximos trofeos hasta el momento para un tipo que tiene el anillo como deuda. Fue el tercer base en ser nombrado como Más Valioso en la historia de la liga. En aquellos años, Phoenix, a pesar de clasificar primero en la general en el 2005 (62-20), tampoco pudo llegar a las finales de la NBA, siendo eliminado en las finales de conferencia por San Antonio primero y por su exequipo, Dallas, en el 2006. Aquel equipo ganador, era dirigido nada más ni nada menos que por Mike D’Antoni, su técnico actual en los Lakers.
Los Phoenix comenzaron a caer luego de ese pico de rendimiento, aunque Nash siguió siendo de los mejores en su posición. Volvió a liderar en asistencias por partido en las temporadas 09/10 y 10/11 (11 y 11,4), a pesar de que en esta última los Suns ni siquiera clasificaron a la postemporada. Cansado de pertenecer a un equipo en eterna reconstrucción y con la cuenta insalvable de no poder ni siquiera jugar una final de NBA, Nash tomó la decisión de mudarse a los Lakers, aunque la jugada no salió como él esperaba.
Actualmente, con 8,6 es el jugador con el tercer promedio de asistencias en su carrera, detrás de las 9,8 de Chris Paul y las 8,9 de Jason Kidd. “Estar en una lista con Magic Johnson está más alla de mis sueños”, aseguró al terminar el juego. Lo cierto es que a pesar de no haberselo imaginado nunca, está a nada más que 136 asistencias de su ídolo, Magic. Lastima que en este Lakers, a diferencia del de Magic, la alegría nunca pueda ser completa.
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