jueves, 31 de enero de 2013

El sanjavierino David Coria es nuevo jugador de Defensores de Centeno

David Coria con su nuevo club.
El volante de 27 años nacido futbolísticamente en Central San Javier es nuevo jugador de Defensores de Centeno, club que disputa la Liga Totorense. David ha participado en casi toda su carrera en la Liga Santafesina de Fútbol en clubes como Colón de Santa Fe, Ciclón Racing y Náutico El Quillá.

Su llegada a la institución de la localidad de Centeno se dio con el regreso de “Cacho” Roteta a Defensores. El entrenador lo pidió como pieza para su andamiaje en su nueva etapa como DT del conjunto verde.

Cabe aclarar que David Coria ya debutó en Defensores de Centeno el pasado fin de semana por la Copa Federación ante Atlético Casas.


domingo, 13 de enero de 2013

Central San Javier Campeón absoluto de la Liga Verense


Central San Javier es el nuevo Campeón de la Liga Verense de Fútbol 2012. La entidad costera logró este nuevo campeonato al derrotar como visitante a Sarmiento de Margarita por 2 a 1 en la segunda final, igual resultado que en el partido de ida en San Javier. La apertura del marcador llegó con gol de Eduardo Thomas a los 10 minutos de la etapa inicial y por vía de la pena máxima. A los 27 minutos empató Luís Gianastacio para el Central con un gol desde afuera del área grande, y Franco Fernández puso cifras definitivas al marcar el segundo de Central a los 30 minutos de la segunda mitad. 

En el equipo de Sarmiento de Margarita fueron expulsados; Facundo Couvert, Nicolás Tromboto y Eduardo Tomas, estos jugadores agredieron al juez de línea Roberto Imhoff. Mientras que en el equipo costero vio la tarjeta roja Daniel Quagliaro. También debió abandonar el campo de juego por expulsión uno de los tres DTs del conjunto local: Ulrico. El encuentro debió ser suspendido a los 37 minutos del complemento tras una agresión de la parcialidad local al juez de línea Roberto Arroyo quien recibió un piedrazo en la cabeza. En este contexto, la parcialidad local intentó invadir el rectángulo de juego, haciendo que el encuentro fuera suspendido en forma definitiva.

 Arbitro: José Sánchez
Asistentes: Roberto Imhoff y Roberto Arroyo
Cuarto árbitro: César Soto
Cancha: Sarmiento de Margarita

Resultado partido de Ida: Central San Javier 2 Sarmiento 1
Resultado partido de vuelta: Sarmiento 1 Central San Javier 2

jueves, 10 de enero de 2013

Nash llega a las 10.000 asistencias

No es una película hollywoodense aunque bien podría serlo, no solo por tratarse de Los Angeles Lakers, esa franquicia vecina del gigante cinematográfico, sino también por estos vaivenes insólitos para un equipo acostumbrado a pelear siempre por el anillo.

Se armó para arrasar la liga. Echó al técnico Mike Brown luego de cuatro derrotas en los primeros cinco partidos. Intentó traer a uno de los más ganadores, Phil Jackson. Termino contratando a Mike D’Antoni, totalmente opuesto. Uno de sus máximos ídolos, Kobe Bryant, se metió entre los cinco jugadores de más de 30 mil puntos en la historia. Parecía que resurgía. Pero volvió a caer. Y en el medio de este tobogán, Steve Nash, ese base exquisito que dio la NBA hace 16 años, se sumó como el quinto jugador con 10 mil asistencias repartidas.

Pero hoy no vamos a hablar ni analizar al quinteto de D’Antoni, porque es el momento de Nash. El base canadiense llegó con el sueño de sacarse la espina del campeonato, algo que no pudo conseguir hasta ahora. Sin embargo, nada salió como lo esperaba. Una lesión en la pretemporada lo dejó afuera de la preparación, pero pudo estar en el comienzo de la temporada, aunque solo por dos partidos por una nueva lesión en su rodilla izquierda. Fueron 24 encuentros los que estuvo afuera. Y volvió, pero el rendimiento grupal siguió igual. De poco sirvieron los doble-doble del 10 angelino.

El martes, en una nueva derrota – esta vez contra Houston Rockets -, Nash consiguió su premio “consuelo”. Es que con su pase para el doble de Antawn Jamison cuando restaban 29 segundos para terminar la primera mitad, el veterano base de 38 años llegó a las 10 mil asistencias en la NBA, marca que solo superaban hasta el momento cuatro jugadores: la leyenda de Utah Jazz, John Stockton, con 15.806, el inacabable Jason Kidd con 11.969, el actual entrenador del Golden State, Mark Jackson con 10.334 y finalmente, uno de los mejores de la historia, Magic Johnson con 10.141.

El top 10 de su carrera, con la perla de las dos asistencias “futboleras” a Stoudemire en un concurso de volcadas “Es un ejemplo más de una carrera que parece un cuento de hadas”, comentó Nash tras terminar la derrota. Carrera que comenzó en 1996 en su Phoenix Suns querido, ese donde pasó casi toda su carrera. Elegido en el puesto número 15 de uno de los mejores draft en la NBA (Kobe Bryant, Allen Iverson, Ray Allen, Marcus Camby). Tras definirse por el básquet, a pesar de ser un muy buen jugador de fútbol en su adolescencia (talento que aún tiene), ya asomaba ese base exquisito en la Universidad, de asistencias mágicas y que se destacan por una cosa especial: hacer mejor a sus compañeros.

En los primeros dos años en Phoenix, el canadiense promedió 10 y 20 minutos respectivamente, aumentando sus asistencias de 2 a 3 de media, y sobre todo sus puntos, de 3,3 a 9,1. Casualidades del destino, en esos años coincidió con Jason Kidd en el equipo, otro de los mejores bases de la historia. En ambas temporadas, los Suns no pudieron avanzar más de la primera fase de los playoffs – primero Seattle y después San Antonio -. Nash corría con desventaja frente a Kidd y otros bases que habían quedado de aquel equipo finalista en 1993, Kevin Johnson y Sam Cassell. Sin mucho protagonismo, se mudó a Dallas, donde estuvo seis temporadas. Y sus asistencias siguieron aumentando, tanto que fue indudablemente el lider de un equipo que veía las primeras armas de un alemán rubio y alto, un tal Dirk Nowitzki. El canadiense era el comandante de los ataques de los Mavericks y con 17,9 pts y 7,3 asistencias por partido, integró su primer All Star Game en la 01/02 (seis en total). Sin embargo, el salto de calidad llegó con su regreso a Phoenix en el 2004, y también la vuelta de Phoenix a la pelea tras un record espantoso.

Nash fue el máximo asistidor de la NBA en su primera temporada de regreso a los Suns con 11,5. Ese mismo record lo repitió los siguientes dos años (10,5 y 11,6). En la 2004/05 y 05/06, no solo tuvo el honor de ser el mejor repartidor de la liga, sino que además logró sus únicos dos MVP de temporada regular, máximos trofeos hasta el momento para un tipo que tiene el anillo como deuda. Fue el tercer base en ser nombrado como Más Valioso en la historia de la liga. En aquellos años, Phoenix, a pesar de clasificar primero en la general en el 2005 (62-20), tampoco pudo llegar a las finales de la NBA, siendo eliminado en las finales de conferencia por San Antonio primero y por su exequipo, Dallas, en el 2006.  Aquel equipo ganador, era dirigido nada más ni nada menos que por Mike D’Antoni, su técnico actual en los Lakers.

Los Phoenix comenzaron a caer luego de ese pico de rendimiento, aunque Nash siguió siendo de los mejores en su posición. Volvió a liderar en asistencias por partido en las temporadas 09/10 y 10/11 (11 y 11,4), a pesar de que en esta última los Suns ni siquiera clasificaron a la postemporada. Cansado de pertenecer a un equipo en eterna reconstrucción y con la cuenta insalvable de no poder ni siquiera jugar una final de NBA, Nash tomó la decisión de mudarse a los Lakers, aunque la jugada no salió como él esperaba.

Actualmente, con 8,6 es el jugador con el tercer promedio de asistencias en su carrera, detrás de las 9,8 de Chris Paul y las 8,9 de Jason Kidd. “Estar en una lista con Magic Johnson está más alla de mis sueños”, aseguró al terminar el juego. Lo cierto es que a pesar de no haberselo imaginado nunca, está a nada más que 136 asistencias de su ídolo, Magic. Lastima que en este Lakers, a diferencia del de Magic, la alegría nunca pueda ser completa.

miércoles, 9 de enero de 2013

Messi le cambió el sueño


En esta ocación he decidido recuperar una charla-entrevista que Pep Guardiola mantuvo con Ángel Cappa allá por el año 2002, y que fue incluida en el ameno libro “¿Y el fútbol, dónde está?”, en 2004. En ésta, un Pep aún futbolista se sinceraba sobre cómo construiría él su equipo si algún día fuese entrenador. Comenzó así:

Guardiola: “Cada vez estoy más convencido de cómo se debe jugar a esto; por eso soy cada vez más fundamentalista en ese sentido” (2002).

Guardiola atribuía su visión del tema a dos causas; su formación culé y su bajo nivel físico. Entendía que el Barça le había dado herramientas que él, por instinto de supervivencia, había súper-desarrollado; de un modo tan personal y casi intimo que su carrera como jugador marcaría para siempre su concepción del juego: hay que tener el balón. Pep no va a negociar eso. En la teoría es una limitación, pues su convicción le resta flexibilidad; pero en la práctica no lo es tanto: no va a competir enla liga del Barça (el único al que no le puede quitar la posesión) y va a tener presupuestos para fichar jugadores técnicos y asociativos que se amolden a lo que le gusta, presuntamente. Ahora bien, Pep siempre supo que en el fútbol había más, aunque no fuese para él:

“Lo que pasa es que a veces pienso que las cosas me las planteo desde mi punto de vista. Es decir, desde el futbolista que soy (…) soy un tipo lento, que si voy al choque, pierdo. Cuando tenía 18 o 19 años, si me soplaban me caía al suelo. (…) Pero entiendo que a otros lo mío no les va a garantizar nada”.

Nada nuevo hasta aquí. Ahora, lo más interesante. Guardiola remarcó que su equipo amado era el Ajax de Van Gaal, bi-finalista de la Copa de Europa entre el 95 y el 96. Para él, hace 11 años, el sistema de un equipo dominante debía sujetarse en dos extremos abiertos con gran uno para uno. Interpretaba que era el modo más sencillo, y su favorito, de conseguir, ojo, tener la pelota muy arriba, que era el gran objetivo.

“Mi equipo lo empezaría a formar a partir de los extremos, cosa que hoy no se hace, porque se usan carrileros (…) tú dices ser ancho, pero yo te digo ser profundo, a mí no me interesa ser ancho a la altura de los medios (…) Entiendo que teniendo extremos puedes jugar más arriba, juntar a tu equipo en campo contrario, y recortar las distancias a recorrer (…) aunque fíjate que en la última etapa de Cruyff jugábamos con Prosinecki y Hagi de extremos, que son algo anárquicos en su concepción del juego. Es como jugar con Rivaldo de extremo izquierdo cuando no es un extremo. O conmigo, que no lo soy y no me voy a ir de nadie. En ese caso tenemos la teoría del campo ancho, pero… El gran Ajax era tal porque estaban precisamente Finidi y Overmars, que la cogían y se iban de todo el mundo”.

Culminaba estas exposiciones hablando de arietes con juego fuera del área, que permitiesen a sus extremos ser, en el inicio de las jugadas, los dos hombres más adelantados. Kluivert, Kanú o Crouch fueron sus ejemplos más citados en este libro o en posteriores publicaciones. Su devoción por las torres de pies hábiles es vox populi. Más chocará su defensa del doble pivote. En el mismo libro Fernando Carlos Redondo se mostraba tajante en su contra, pero Pep fue, sorprendentemente, más comedido:

“Mira, yo creo que los dos pivotes los ponen para defender. Pero bien, si uno de los dos tiene claro que se debe desenganchar para ir arriba, pues está bien. El problema es cuando está el uno al lado del otro. En la Selección lo hacíamos muy bien con Valerón, aunque es verdad que él es más distinto. Cuando defendíamos, él se ponía a mi lado, pero cuando teníamos el balón, se juntaba con Raúl, no conmigo. Y como Raúl bajaba también, pues nos juntábamos para tocar (…) con jugadores correctos es posible jugar bien con doble pivote”.

Desde luego, lo normal es que Guardiola optase por un triángulo en el medio, como en el Barça; pero está bien recordar aquella visión suya, toda vez que, hoy por hoy, mediocentros nivel Champions para 4-3-3s hay pocos y están cogidos.
Pep tiene mucho que ofrecer. La alineación de planetas que dio con él,Xavi, Iniesta y Messi en el mismo momento, en el mismo lugar y de la misma manera alteró sus planes. Superó sus sueños. Pero es joven, y lo tiene todo. Aún está a tiempo de hacerse su Ajax de Van Gaal, de volver a poner de moda a los extremos o incluso de reírse reinando de nuevo pero con un doble pivote. Que llegue ya.

martes, 8 de enero de 2013

De Fallos y Yerros en el Box

Quiero compartir con ustedes esta interesante nota de Gustavo Nigrelli. Pasen y lean. 
Por Gustavo Nigrelli (Diario Popular)

En el boxeo hay veredictos que despiertan polémicas –el último fue el de la pelea Acuña-Duer-, pero también hubo otros cuestionables en el año dentro del país, casualmente siempre a favor de los organizadores de los combates, pese a que hay un buen nivel de jueces caseros. ¿Qué es lo que falla?

Fallar un combate es un arte que consta de tres patas indispensables para el éxito: 1) idoneidad. 2) honestidad. El tercero lo dejaremos para más adelante por ser el clave, sin el cual de nada sirven estos dos, pese a que pocas veces se lo reconoce.

Los malos fallos son de a ratos una indignante moneda corriente, quizás más para el público y especialistas, que para los propios damnificados (los boxeadores). Y aunque en el boxeo argentino hay un elevado nivel de jueces, a veces meten la pata.

Pero, ¿quién juzga esto? ¿Quién tiene la razón, o se cree capaz de determinar aciertos o errores de uno y otro?

Ni siquiera la opinión pública, a veces poco idónea, otras proclive a caer en demagogias, sensaciones térmicas, solidaridad con el más débil, o con quien dejó mejor imagen, olvidando los primeros asaltos (por eso es imprescindible llevar tarjeta escrita, a través de la cual discutir round por round).

El último mal fallo, polémico y "sospechoso", fue el de La Tigresa Acuña-Carolina Duer, que le dio ganadora a esta última -dicho sea de paso, organizadora del evento-.

En una pelea de corte parejo, que para muchos ganó Acuña, el fallo fue: Primerano 98-94,5, Geido 97,5-93,5 y Palmieri 96,5-96, sorprendiendo no sólo por la ganadora, sino por la diferencia. (Este cronista tenía 98-95 para Acuña, 6 contra 4 rounds para la Tigresa).

Hubo otros en el año en nuestro país, y no sólo con jueces argentinos. Uno que favoreció a La Camionera Alegre ante Chris Namus; otro a la Bonita Bermúdez vs la venezolana Mayerlin Rivas –con todos jueces extranjeros-. Y el más recordado, el de Cuenca-Olmedo –con todos argentinos-, que pese a acertar el vencedor, dos lo hicieron por mínimo margen, cuando Cuenca le pegó un baile de aquéllos al Pumita.

Tampoco se olvida el del bochorno entre Luis Lazarte-Casimero en Mar del Plata, cuando -con jueces de la FIB-, antes de perder por KOT 10, Lazarte iba adelante en las tarjetas pese a que perdía claramente.

El común denominador de todos estos fallos fue que "favorecían" al púgil del promotor, habiendo sido dominado.

Pero volviendo al de Acuña-Duer, que muchos colegas catalogaron como "robo" –incluso en redes sociales-, y algunos periodistas hasta fueron acusados de "prensa oficialista", o de "tendenciosos" –como hizo Alberto Zacarías, DT de Duer, con los colegas de TyC Sports, sindicándolos a favor de Rivero, manager de la Tigresa, pese a que éstos tenían empate-, no está de más tener en cuenta que Zacarías primereó al team Acuña con una gran oferta económica, ganando la primera pulseada de poder.

Y en boxeo, se sabe, las buenas bolsas son directamente proporcionales al costo deportivo, salvo excepciones, o palizas. Pero nadie se queda con la plata y la pelea, más cuando ésta es pareja, cosa que los protagonistas saben y aceptan perfectamente.

Por eso da la sensación de que el mismo combate, exactamente igual, pero organizado por Rivero, hubiera tenido el resultado inverso. ¿Deshonestidad, falta de idoneidad, o qué?

¿Es casual que la Tigresa haya perdido sus únicas tres peleas en el país bajo una promoción distinta a la de Osvaldo Rivero –dos en forma injusta-, mientras que bajo su ala ganó un par que no mereció, como la 3º ante Ashley en el Luna, y ante La Chica 10 López en Caseros?

Aquí es donde entra a tallar el 3º punto: el temperamento. En él se encierran valentía, frialdad, e indolencia para aplicar lo que se ve, cosas que no se aprenden.

Ser insensible a conveniencias ajenas, e impermeable a quien corre con el caballo del comisario, cosa difícil, porque éste es el que paga, y todos lo saben muy bien.

Por eso, los puntos de vista de todo el mundo son respetables, mientras puedan fundamentarse. Pero en el caso de Acuña-Duer, lo que más llamó la atención fue la unanimidad de criterios a favor de la organizadora, habiendo sido tan finos.

La prensa también cae a veces bajo sospecha, cuestionados como antis o pro. Sin embargo, hay algo con lo que puede demostrarse lo contrario, más allá del fundamento técnico de un fallo y las apreciaciones personales: los antecedentes.

Entre otras cosas, éste medio vio perder -bajo organización de Rivero- por 8 puntos a la Tigresa frente a Alicia Ashley en el Luna Park –más diferencia que la inmensa mayoría, que también la vio perder-, antecedente que exime de acusaciones de favoritismos –si las hubiere-.

Sin embargo, aquella vez, dos de los jueces fueron "políticamente correctos" y ¡la vieron ganar! Uno de ellos, curiosamente, se repitió en la pelea de Acuña-Duer, y volvió a alinearse para el lado menos conflictivo (esta vez era Duer).

Por eso, podrá objetársenos algún punto de vista, pero jamás dependencias, temores, inclinaciones afectivas, o preferencias sobre personas, patrias, o promotores. Y este dato de la realidad, refleja una orgullosa virtud, que es el máximo patrimonio.

Fuente: Diario Popular