martes, 31 de julio de 2012

La Generación de Oro de Yugoslavia y una historia particular

Había leído y oído hablar bastante de la generación del básquet yugoslavo de los 90', nada más que eso, pero hoy el profesor Julio Manuel Cantero picó más mi curiosidad y me dediqué a buscar material y videos para conocer más de cerca los "pibes de oro". Hacía un tiempito que no publicaba, y este post salió de la galera. 


La Generación de Oro 
Hace justo 20 años, la guerra de los Balcanes se empezaba a cobrar las primeras víctimas mortales. Cuatro días antes, el 25 de junio, Croacia y Eslovenia proclamaban su independencia de forma unilateral. La Unión Europea y Estados Unidos fracasaban en sus intentos de mediación y Yugoslavia caminaba inexorablemente hacia la desintegración. Era el principio del fin de un país, pero también de un equipo de basquet que marcó una época y un estilo.


La selección yugoslava de finales de los ochenta y principios de los noventa ha sido, posiblemente, el mejor equipo de jugadores que ha existido, NBA al margen. Desde la plata olímpica en Seul 88, ganó todo lo que jugó: Eurobasket 89 y 91 y Mundial 90. En ese periodo, solo perdió un partido oficial, ante Puerto Rico en la fase previa del Mundial de Argentina.

La base de aquel equipo la conformaban unos jugadores que llevaban jugando juntos muchos años, desde que eran juveniles. Kukoc, Divac, Radja y Djorjevic ganaron el Mundial Junior de Bormio (Italia) en 1987 cuando tenían 19 y 20 años; cuatro años después se proclamaron campeones de Europa por segunda vez en Roma.
A esa generación de oro se unían jugadores ya asentados como Drazen Petrovic, Zarko Paspalj o Jure Zdov; y también jóvenes como Komazec o Danilovic. El baloncesto que practicaron esos años fue maravilloso, continuando lo que hicieron Kukoc y compañía en 1987. En aquel campeonato, los jóvenes yugoslavos arrasaron a todos, incluidos los norteamericanos que cayeron con una actuación para el recuerdo de Toni Kukoc con 11 triples.


Aquel 29 de junio de 1991, esos jugadores, algunos serbios y algunos croatas jugaron su último partido juntos en Roma. Amigos desde la adolescencia, apenas cruzaron palabra los años siguientes, la guerra y los nacionalismos les separaron deportiva y humanamente. Con su país en guerra y sabiendo que cuando regresasen nada sería igual, ganaron fácilmente a Italia y se proclamaron campeones. No hizo falta que en ese campeonato participase Drazen Petrovic, que renunció a jugar por cansancio y porque empezaba a tener tiranteces con los jugadores serbios.
Yugoslavia dejó de existir también deportivamente y en los siguientes eventos participaron las nuevas naciones: Croacia, Eslovenia y Bosnia. Serbia y Montenegro siguieron compitiendo bajo el nombre de Yugoslavia cuando las sanciones les permitieron jugar, a partir de 1995.  
Una gran lástima es no haber podido ver más a aquel equipo que se deshizo cuando la mayoría de los jugadores tenía 23 y 24 años. Nunca sabremos hasta dónde podrían haber llegado.


Hermanos y Enemigos
Divac y Petrovic
De esta gran generación del básquet mundial salió una gran historia recreada por el cine (documental de ESPN), como lo es la amistad de Divac y Petrovic.

Vlade Divac, serbio; y Drazen Petrovic, croata, fueron grandes amigos en uno de los mejores equipos del básquet mundial y de la historia. Hasta que una guerra los separó a ellos y también a una selección dorada.

Alguna vez fueron hermanos, o como hermanos, pero terminaron distanciados, como enemigos. Es una historia común cuando los bandos estallan en guerra, pero en el caso del documental Hermanos y Enemigos de ESPN (Once Brothers, en inglés), involucra a dos de los más destacados jugadores del básquetbol mundial. Y sin duda, las dos principales estrellas de la hoy extinta Yugoslavia campeona del mundo en Argentina 1990.

Divac admiraba a Petrovic, una figura en la liga profesional de su país que anotaba fácilmente 30 ó 40 puntos por partido. Por su parte, él era un pívot destacado que con sus 2,15 metros se imponía bajo el tablero, lo que hizo que fuera convocado a la selección yugoslava, un equipo de lujo en el que participaron otros nombres muy conocidos hasta hoy día, como Tony Kukoc y Zarko Paspalj.

Divac y Petrovic forjaron una amistad gigante, como su talento, y compartieron al mismo tiempo un destino común en sus carreras, pues pasaron de la gloria de integrar el histórico equipo yugoslavo a ser parte de la NBA, la liga más competitiva del mundo.

Divac fue seleccionado por los Ángeles Lakers y Petrovic por los Portland Trail Blazers, con lo que junto con trasladarse a Estados Unidos, ambos se hicieron todavía más unidos.

Esta amistad es retratada en primera persona por Vlade Divac en Hermanos y Enemigos, quien recuerda lo importante que llegaron a ser el uno para el otro.

Un quiebre impensado
Pero un hecho que en su minuto pareció irrelevante cambió el destino de ambos y, con ello, se apagó irremediablemente su amistad.

Fue durante la final del mundial de 1990 en Argentina -cuando Yugoslavia se tituló campeón sobre la Unión Soviética por 92-75-, que las sensibilidades por una posible guerra secesionista en Yugoslavia corrían paralelas a los logros deportivos. En aquel momento, mientras Divac celebraba en la cancha el campeonato junto a sus compañeros, un individuo irrumpió con una bandera croata, lo que motivó la indignación del pívot, quien se la arrebató, la arrugó y le dio un trato que mucho consideraron insultante.

Según dijo Divac después, estimó que el triunfo era de Yugoslavia, no croata ni serbio, pero su actitud, potenciada por su imponente estatura y los gestos que quedaron grabados frente a las cámaras de televisión, tuvieron una connotación política que a él, en ese entonces, le era imposible de dimensionar.

Los serbios lo consideroran un héroe; los croatas, un activista, un guerrillero. Nada fue igual desde entonces. Petrovic tomó distancia, ya no le contestaba el teléfono y lo eludía cuando coincidían en entrenamientos o en alguna actividad de la NBA.

Guerra civil en Yugoslavia
La guerra civil había estallado en Yugoslavia y los muertos se contaban por miles. Una reconciliación entre ambos se veía imposible. La guerra quebró no sólo la amistad, sino que a todo un país y también a la selección yugoslava, que se dividió en los representativos croata y serbio.

A las olimpiadas de Barcelona 92, sólo acudió la selección croata, que pese a estar debilitada avanzó hasta la final liderada por Petrovic. En esa instancia, perdió con el famoso Dream Team, que encabezado por estrellas como Michael Jordan, Earving “Magic” Johnson y Larry Bird, venció por 117 a 85.

Serbia, que no pudo asistir por enfrentar sanciones internacionales, debió mirar desde afuera esa final. Divac siempre se preguntó qué habría pasado si el equipo hubiera estado completo.

Hermanos y Enemigos recorre esta historia en que el básquetbol es cruzado por la política, víctima de una guerra que sacrificó no sólo a la generación dorada yugoslava, sino a dos de los máximos talentos que ha visto este deporte.

Petrovic murió en un accidente de auto el 7 de junio de 1993 en Munich, Alemania. Jamás se reconcilió con Divac, quien carga con ese dolor desde entonces y cuya intimidad -en busca de redención- abre en Hermanos y Enemigos, un documental que todo fanático del básquetbol debiera ver.

A continuación el link del documental de ESPN:

Hermanos y Enemigos: Petrovic y Divac (click aquí)

Fuentes: Guioteca.com / Marca.com / Sueños Robados / balosncestoyugoslavo.com / ESPN

lunes, 23 de julio de 2012

Memoria: Talent über alles


El sábado 4 de octubre del año 2003 se enfrentaron en el Mandalay Bay de la ciudad de Las Vegas dos de los boxeadores más importantes de la década de los '90 en una situación, por demás, extraña. Por un lado el otrora campeón mundial de los pesos pesados Evander "The Real Deal" Holyfield, por el otro, el ultratalentoso gordo fisura de James "Lights Out" Toney.
La pelea se llevó a cabo entre dos boxeadores que ya habían pasado por su mejor momento y que, siendo leyendas en actividad, buscaban una chance más de probar al mundo de lo que eran capaces dentro de la división de los pesos Pesados, históricamente la gran vedette principal del boxeo.

Evander Holyfield vio la luz un 19 de octubre del año 1962 en Altmore, Alabama, en los Estados Unidos, como el menor de nueve hermanos. Habiéndose mudado a la metrópolis sureña de Atlanta, en Georgia, Evander comenzó a boxear a la temprana edad de 12 años en el circuito amateur juvenil de la norteamérica meridional. Rápidamente forjó una carrera notable, transformándose en el campeón regional del Sudeste de los EEUU, y logrando, a los 20 años, participar de los Juegos Panamericanos de 1983 organizados en Caracas, donde consiguió hacerse con la medalla de plata en la división de los Semipesados. En la final se vio derrotado por el campeón mundial, el cubano Pablo Romero. Esto no lo detuvo, y al año siguiente no sólo se consagró campeón nacional del Golden Gloves (principal torneo amateur norteamericano) sino que se hizo de un lugar en uno de los más memorables equipos olímpicos de boxeo estadounidense, compartiendo camada con Pernell Whitaker y Meldrick Taylor. En los Juegos Olímpicos de 1984 de Los Angeles se le privó de la posibilidad de pelear por la medalla de oro cuando en semifinales fue descalificado. El norteamericano había noqueado a su rival, pero el juez, inexplicablemente, señaló que había golpeado al representante de Nueva Zelanda luego de que hubiera pedido que se separaran.
Ya como profesional, Holyfield tuvo un ascenso meteórico que lo catapultó al estrellato en muy poco tiempo. Consiguió su primer título mundial tan solo en su pelea número 12 ante Dwight Muhammad Qawi, en la división Crucero. Para 1988 se había transformado, invicto, en el campeón lineal de la categoría, acumulando títulos de la AMB, el CMB y la FIB. Había disputado solamente 18 combates como profesional. Al día de la fecha se le sigue considerando como el mejor peso Crucero de la historia desde que la división fue creada en 1979.
Tras semejantes logros, y según sus propias palabras, inspirado por el éxito de un Pesado pequeño como Mike Tyson, decidió dar el salto a la principal categoría del pugilismo, donde su éxito continuó sin pausa. Se cargó a "Buster" Douglas, el mismo que había destronado a Tyson, a Larry Holmes y a George Foreman, acomodándose así como la principal figura de la división mientras Iron Mike estaba en la cárcel. Sufrió su primer caída como profesional a manos de Riddick Bowe, con quien disputó la última gran trilogía de la categoría. Retornó a la gloria en 1996 y 1997 para vencer al ultraconocido Mike Tyson y para vengar su caída con Michael Moorer.
A finales de la década, y a principios de los años 2000, Holyfield comenzó cierta debacle como profesional luego de que el enorme Lennox Lewis limpiara el piso con él. Su búsqueda para recuperar el título mundial que había perdido le hizo caer ante Chris Byrd con el cinturón de la FIB en juego. Aún así se le dio la posbilidad de disputar una pelea eliminatoria contra James Toney para volver a intentar buscar ese campeonato.
The Real Deal seguía siendo un Pesado más que competitivo, especialmente gracias al excelente entrenamiento físico al que se sometía desde que había decidido dar el salto de la división Crucero. Siempre en un estado atlético envidiable, Holyfield combinaba su capacidad física con una garra notoria y una voluntad de ir para adelante realmente irrefrenable.

James Toney era prácticamente la antítesis de Holyfield. Lights Out nació en Ann Arbor, en el industrial Estado de Michigan, el 24 de agosto de 1968. Con una carrera amateur de relativo éxito, comenzó su periplo como profesional en el año 1989 en la división de los pesos Medianos, donde tuvo muchísima notoriedad al vencer a dos leyendas como Michael "Second To" Nunn y el voluntarioso jamaiquino Mike "The Body Snatcher" McCallum. A pesar de que con su talento sin techo y la potente pegada en ambas manos que portaba podía dominar la categoría a piacere, Toney decidió dar el salto a la división de los Supermedianos donde continuó su avasallante trajinar despachando a figuras como Iran "The Blade" Barkley. Sin embargo, a mediados de los años noventa, chocó de lleno con 2 de sus peores enemigos: el genial Roy Jones Jr, quien sacó a pasear por el MGM Grand a un Toney que tenía 44 victorias y ninguna derrota, y su propio desgano. El entrenador Freddie Roach describió a James como el boxeador más talentoso que conoció, pero también como el más vago. Poco a poco comenzó a dejar de lado su preparación física, a sabiendas de que gracias a su condición de superdotado para este deporte podía comer como un cerdo, subir de categorías en consecuencia y aún así ser un tipo competitivo. Lamentablemente para el público, esto significó que Toney abandonaba cualquier intento de llenar todo el potencial que su técnica, reflejos y poder le brindaban para simplemente ser un muy buen boxeador al que le gustaba más la "buen vida" que el espartano día a día de un púgil profesional. Así a sus títulos de Mediano y Supermediano le añadió un campeonato mundial como Semipesado.
En el año 2003, la bola de cebo antes conocida como James Toney (?) sorprendió al mundo al despachar al campeón reinante por la FIB de la división de los pesos Crucero, el hasta entonces invicto Vassiliy Jirov. La noticia era shockeante. Toney destilaba talento, pero su físico mostraba los estragos de la joda. Pero además se trataba de un tipo que se había iniciado peleando con y contra hombres de 72,6 kilos y ahora campeonaba en la categoría de los 90,7 kilogramos de peso. Para colmo de males, anunciaba que el siguiente paso de su carrera sería dar el salto a los Pesados (sin límite por encima de los 90,7), rechazando la posibilidad de bajar de cateogoría para emparejarse con el legendario Bernard Hopkins para cumplir su viejo sueño de ser campeón de los pesos completos. Para ello debía enfrentar al mito viviente del boxeo Evander Holyfield en un combate eliminatorio.
La pelea estaba pactada para el 4 de ocutbre de 2003, y Evander Holyfield (38 peleas ganadas, 25 por la via rápida, 6 perdiadas y dos empates) se perfilaba como un claro favorito. Toney (llegaba con 66 victorias, 42 knockouts, 4 derrotas y 2 empates) era considerado bueno, pero nunca antes había peleado en la máxima categoría, y su condición física era paupérrima. Su rival, en tanto, a pesar de contar con una edad más avanzada (40 años, contra los 34 de Toney) también venía de combatir en la elite de la categoría durante toda la década anterior, y aún era capaz de apuntar a lograr un nuevo título mundial.

Holyfield arrancó la pelea mucho más metido, complicando en el primer round a su rechoncho rival. Arremetía contra este, el cual se mostraba mucho más estático, a simple vista ofreciendo un objetivo mucho más claro y fácil. Sin embargo esto era simplemente una ilusión. Cada vez que The Real Deal lanzaba un golpe, este tan solo lograba acariciar el aire que ocupaba el espacio en el que, un instante atrás, había estado la cabeza de Toney. Holyfield continuaba moviéndose constántemente, intentando buscar infiltrarse en la defensa de todo un artista como su contrincante. Pero el oriundo de Michigan se deshacía sin problema de los embates del sureño, conectando golpes certeros y de una velocidad a la que su rival, a esta altura un peso Pesado natural, no estaba acostumbrando. Atacando sin piedad, tanto a la cabeza como al cuerpo de forma veloz y precisa, evadiendo cada intento de Holyfield por dañarlo, desmantelando de forma quirúrgica a su contrincante, Toney fue trajinando campante round tras round, y, mientras se notaba a Holyfield cada vez más agitado y cansado, poco a poco Lights Out comenzó a atosigar aún más a su oponente, ya plantado, sin demasiado movimiento, y sin aire. Con Toney manejando el timing de la pelea, acestando combinaciones que el exhausto Evander no podía evadir, y escurriéndose ante los pocos golpes que The Real Deal podía llegar a lanzar, el combate se inclinó completamente del lado de James.
Para el noveno asalto, Holyfield solamente podía retroceder o abrazarse a su rival, quien, entre la pachorra y la suficiencia, seguía imponiendo su ofensiva, mientras en el apartado defensivo continuaba en calidad de intocable. Más producto del desgaste que del daño provocado, más causado por el cansancio ocasionado tras una larga pelea contra un rival más inteligente, más rápido y más talentoso, sobre el final del round, Holyfield se vino abajo. Consiguió levantarse para continuar combatiendo, pero en su esquina decidieron terminar la pelea para evitarle un mayor daño.
Toney era un gordo fisura.
Toney era un pancho.
Toney era poco profesional, vago, jodón y casi obeso.
Pero Toney era un talentoso, un tipo que había comenzado a pelear profesionalmente peleando 72 kilos, había debutado exitosamente en la división de los pesados contra una leyenda de la categoría que llegaba al combate con 99 kilos encima. Y a base de técnica e inteligencia había desmantelado a su contrincante sin ningún problema.
El resultado del combate volvió a poner a James Toney en el mapa del boxeo internacional. La revista The Ring lo consagró como Boxeador del Año 2003 y como "Regreso" del Año, gracias a su consecución del título mundial de la división Crucero y a su arribo triunfal en la categoría de los Pesados. Al año siguiente cumpliría su sueño de campeonar entre los Pesados tras vencer a John Ruiz, aunque luego la pelea sería declarada como un "No Contest" ya que Toney dio positivo en el uso de esteroides. Tanto él como Holyfield continuarían peleando el resto de la década y hasta el día de la fecha, a pesar de sus avanzadas edades (Toney 43 años, Holyfield 49), poniendo seriamente en peligro su salud con el afán de lograr erigirse nuevamente como campeones mundiales.

viernes, 20 de julio de 2012

Dream Team Vs USA 2012

En los pasados días, el salame (?) de Kobe Bryant declaró publicamente que este equipo de los Estados Unidos que participará de los Juegos Olímpicos Londres 2012 podría derrotar al mítico conjunto del mismo país que disputó los Juegos Olímpicos Barcelona 1992, el Dream Team posta.
La frase exacta del shooting guard de los Lakers fue: "Desde un punto de vista baloncestístico, obviamente ellos tenían más centímetros que nosotros, con David Robinson, Patrick Ewing y Karl Malone y esos tipos. Pero ellos también eran, sobre todo los exteriores, jugadores más viejos que nosotros, en el final de sus carreras. Nosotros tenemos muchos jóvenes deseando competir. Así que no sé. Sería difícil, pero creo que ganaríamos.”

Claro que a los pocos días de haber dicho esa pavada, con muchos periodistas le saltaron al cuello y Kobe bajó un poco el copete y la dibujó diciendo que el dijo que les podrían ganar un partido, pero que no dijo que en una serie a siete partidos le podrían ganar. Consultado por los dichos de su compañero de selección, el reciente coronado campeón de la NBA y MVP tanto de la temporada regular como de las finales LeBron James, salió con una respuesta elegante, hablando de que ambos conjuntos son muy buenos y que habría que entrar en detalles para determinar como saldría un resultado, aunque remarcando que el no podría decir que perderían y que hablar de eso era al pedo, ya que es algo que nunca va a pasar (lease: se lavó las manos).
Luego de esto, los jugadores del Dream Team, salieron a contestarles a este muchacho. El primero en hacerlo fue Michael Jordan, cuya primera reacción aparentemente fue una carcajada (!). Luego, hablando le tiró un palito a Kobe diciendo que en los JJOO 1992 el tenía 29 años y alguien de 33 lo trata de viejo. Luego de esto, el escudero de MJ23 en los Bulls, Scottie Pippen, devolvió el guante, diciendo que el entendía lo que quería expresar Kobe y admiraba ese intento de autosuperación que tiene, pero que el equipo de 1992 era mucho mejor. En la misma via se expresaron Karl Malone, Patrick Ewing y otros mas, pero claramente el que tuvo la mejor respuesta fue Larry Bird. Este simplemente contesto "probablemente nos ganen, nosotros ya estamos viejos y hace 20 años que no juego al basket".

Mas allá de este duelo dialectico, como en DeAcáParaAllá no nos guardamos nada, yo voy a pasar a hacer una comparación entre los dos conjuntos, para ver cual de los dos puede llegar a ser el ganador en una hipotetica e imposible confontación. Para eso, vamos a ir comparando puesto por puesto, incluyendo titulares y suplentes.

Comenzaremos hablando de los bases. De un lado tenemos a Chris Paul (Probablemente en mejor base de la actualidad en la NBA, o por lo menos esta en el podio de forma segura), junto a Deron Williams (un gordo talentosisimo, pero con mas pachorra que el turco Asad) y Russel Westbrook (terrible proyecto a futuro, pero que tiene que saciar un poco sus ansias de protagonismo) de un lado y del otro tenemos a John Stockton y Earvin "Magic" Johnson.... ¿Puedo pasar ya al otro puesto? (?). Con todo (TODO) el respeto que me merece Chris Paul, el equipo 2012 no tiene ni la más mínima chance de quedarse con este duelo mano a mano. Por mas buenos jugadores y talentosos que sean Williams y Westbrook, al lado de Stockton y Magin no tienen ni la mas mínima chance de nada. Los bases del Dream Team, son probablemente los dos mejores bases de la historia de la NBA (y eso que a Stockton lo odié toda mi vida, pero al César lo que es del César). El gran problema de los bases del equipo 2012 va a ser en defensa. Ninguno de los tres tiene el tamaño para poder defender a Magic, quien podía postearse como un campeón y además de eso, sacar un enorme provecho a su gran físico y sus largos brazos. Ademas de esto, tanto Magic como Stockton tenían la habilidad de tener ojos hasta en el orto y poner la pelota a quien quisieran, como quisieran, cuando quisieran. Ademas, tanto Westbrook como Williams (y te agregaría a Paul) no son jugadores que se destaquen por sus capacidades defensivas. Sin ningún tipo de dudas, este duelo es ampliamente a favor del conjunto de 1992.

En el puesto de Shooting Guard, tenemos por los actuales representantes a Kobe Bryant (¿Hace falta que aclare algo de el?), James Harden (Un gran proyecto a futuro, pero que en la última final de la NBA demostró que el falta un golpe de horno) y Andre Iguodala (Un buen jugador, buen defensor, pero nada del otro mundo). Peeeero, del otro lado del mundo tenemos nada mas y nada menos que a Michael Jordan. El mejor jugador de todos los tiempos para muchos (incluso varios de sus compañeros en dicho equipo), el ídolo de muchos (mio, por ejemplo) y la persona que ayudó a la NBA a dejar en el pasado a Bird y Magic, quienes estaban en los últimos años de sus carreras. ¿Quien era su suplente? Un tal Clyde Drexler. Un jugador infravalorado para lo que era en el mundo del basket. Un tipo que vivió a la sombra de una bestia como MJ, pero que supo conseguir un título de la NBA con los Houston Rockets y alcanzar la final de la liga en dos oportunidades con los Portland Trail Blazers, aunque perdió ambas. Drexler es un tipo que promedia mas de 20 puntos de promedio por partido en toda su carrera en la NBA (15 temporadas), con 6,9 rebotes por juego. La cara "negativa" de Drexler (si es que se puede llamar así) es que fue un jugador de muy bajo perfíl, que solo ingresaba a la cancha a jugar al basket, no le interesaba presumir de sus condiciones, de su increible capacidad atletica y de fundamentos. Muchos podrán decir que en el lado defensivo, en este duelo el conjunto del 2012 puede tener alguna ventaja en la parte defensiva al tener la presencia de Iguolada, pero pocos recuerdan la capacidad defensiva de Jordan, incluso llegando a ganar el premio al jugador defensivo del año en 1989. Por el lado de Drexler, este también se destacaba por su tenacidad y su perseverancia en la defensiva. Sin ningún lugar a dudas, este cruce también es para el conjunto de 1992.

Ahora se viene lo lindo, la posición de Small Foward. Por el lado de conjunto que participó en Barcelona están (me paro) Larry Bird (me siento), Scottie Pippen y Chris Mullin; en tanto que en el conjunto que participará en Londres están LeBron James, Kevin Durant y Carmelo Anthony. Larry Bird es uno de los jugadores mas completos que he visto en mi vida, con una capacidad de hacer todo (lease TODO) bien y con una gran efectividad, te cagaba a goles, reboteaba, la pasaba bien, se raspaba de lo lindo y si que había que ir a los bifes, no se quedaba en el molde, peeeeero, en 1992 estaba en el final de su carrera (de hecho, esta fue su última participación deportiva de alto rendimiento) y los problemas de espalda lo aquejaban bastante. Mas allá de eso, detras suyo aparecía un mas que joven Scottie Pippen, que como escudero de Jordan demostraba que podían conseguir lo que se les antojara y que, a pesar de vivir a la sombra del mas grande, demostraba en cada una de sus apariciones que era un jugador del carajo y ademas, una bestia defensiva. Finalmente, el tercero en esta rotación queda Chris Mullin, quien para muchos siempre pareció que era el jugador de menos calidad en este equipo y que podía llegar a ser el jugador mas "discutible". Pero recordemos que el blanquito este (?) venía de cuatro temporadas seguis con mas de 25 puntos de promedio por partido (también lo consiguió en la 1992/93), con unos porcentajes de efectividad que asustaban. Claro que enfrente en este caso hay dos jugadores, quienes probablemente sean los mejores jugadores en actividad de la NBA (lo siento Kobe, pero tu época se esta terminando). LeBron y Durant son dos jugadores completisimos por todos lados. Capaz la parte en la cual los dos mas flaquean sea en la capacidad de los dos de ir al roce con el oponente, sobretodo Durant, quien le escapa demasiado al juego en el poste. Ahhh, cierto que estaba Melo, pero en este cruce no puede ni servir de aguatero. La gran complicació que tendrían el conjunto contemporaneo con el de 1992, es la poca (casi nula) defensiva sobre el tiro exterior, junto ante un equipo que tiene a Larry Bird y a Chris Mullin. Es como queres jugarle al Barcelona con Bianchi Arce como último hombre (?). Hasta ahora, sin dudas este es el cruce mas cerrado y apretado y creo que realmente este cruce es un empate, AUNQUE esto es así solamente por el hecho del momento de la carrera plagada de lesiones por parte de Larry Bird.

Pasando al puesto de Power Foward, vamos a tener una salvedad, para ninguno de los dos conjuntos vamos a contar al jugador proveniente de la NCAA, ya que jugaban en el mismo puesto y anulamos a uno con el otro. Luego, al conjunto actual de Estados Unidos cuenta con solamente con Kevin Love para enfrentar nada menos que a Charles "el ídolo de Gabilan" Barkley y Karl Malone. ¿Es realmente necesario hacer esta comparación, entre dos jugadores que jugaron finales de NBA (una Barkley y tres Malone, aunque ninguno consiguió un título) ante un jugador que hasta ahora no coniguió siquiera jugar un partido de playoff? Al gordo Kevin Love lo banco una banda y creo que es un gran jugador, pero en este duelo con estas dos bestias del basket la única que tiene a favor es el tiro de afuera. Este duelo es por robo a mano armada a favor del conjunto que participó en los Juegos Olímpicos de 1992.
Por último, tenemos que hablar de la posición de pivot, donde el duelo es de nuevamente un solo jugador por el actual conjunto (Tyson Chandler) contra nada mas y nada menos que Patrick Ewing y David Robinson. Chandler es un gran jugador defensivo, ganador de dicho premio en la pasada temporada, pero no es mucho mas que eso (lo que no es poco). Por el otro lado, tenes a dos máquinas anotadoras (ambos promedian mas de 20 puntos por partido en toda su carrera), reboteras (Robinson supera los 10 rebotes por partido de promedio en la carrera, en tanto que Ewing esta en 9,8) y taponadoras (3,0 y 2,4 por partido en la carrera). ¿Como podría hacer Chandler, el solito con su alma, para parar a estas dos bestian enfrente, las cuales jugarían en los 40 minutos? De ninguna forma, nuevamente este enfrentamiento es absoluta y totalmente a favor del conjunto de 1992.
Redondeando, de los duelos en las cinco posiciones, tenes 4 victorias para el equipo de 1992 y un empate. Por lo que yo, de manera absolutista y totalitaria, dictamino que el conjunto que participó en Barcelona es ampliamente superior al equipo que dentro de pocos días saldrá a la cancha en búsqueda del oro en Londres.

jueves, 12 de julio de 2012

La previa de David Haye vs. Dereck Chisora

Este fin de semana, en la ciudad de Londres, Inglaterra, se disputará una de las primeras peleas en muchísimos años entre dos pesos Pesados sin ningún título mundial de por medio que ha generado muchísimo ruido. No es para menos. Los protagonistas son dos tipos que se odian profúndamente y que ya se han ido a las manos fuera del ring. Estamos hablando de David "Hayemaker" Haye (25 victorias, 23 de ellas por knockout, y 2 derrotas) y Dereck "Del Boy" Chisora (15 ganadas, 9 antes del final, y 3 perdidas). Hay peleas más "importantes" este finde, pero ninguna tiene ni la épica ni un cartel enorme que dice "GUERRA!" como esta. 
La disputa entre Haye y Chisora estalló luego de que el segundo se enfrentara al monumental Vitali Klitschko en febrero pasado. En la conferencia de prensa post combate, Haye, acreditado como enviado de la televisión británica, comenzó a criticar a Del Boy. Este, enfurecido, se levantó de su silla y comenzó un enfrentamiento verbal que terminó con golpes de ambos lados e incluso con una botella volando por los aires.
A esto siguió un largo periodo de trash talk entre ambos peleadores británicos, y el arreglo de organizar un combate para solucionar todo arriba del ring. Uno puede, a simple vista, sospechar que todo haya estado arreglado. Pero es que la pelea luego del combate Chisora-Klitschko fue totalmente real. Estos tipos se detestan. Y eso se traduce en espectáculo arriba del ring, pero también en emoción en vistas a poder ver a dos tipos que no están haciendo un negocio, sino que van a ajustar cuentas usando sus puños.
Es cierto que David Haye es un experto a la hora de inflar peleas, de armar rivalidades y de vender un evento como este. Recordemos que es el mismo tipo que usaba una remera en la que aparecía decapitando a los hermanos Klitschko y que había lanzado una app para iPhone en la que destrozaba a uno de estos dos. Es un tipo carismático, que sabe hablar, que le gusta ser visto como bad boy y que sube al ring acompañado, generalmente, de nada más y nada menos que Lennox Lewis, un grande de la historia de la división de los Pesados. El problema es que Dereck Chisora es un tipo que no entiende sutilezas. Tal vez algo limitado, se toma todo demasiado literalmente, y la prepotencia y soberbia de Haye le molestó lo suficiente como para haber ido a buscarlo aquella fría noche de febrero en Alemania.

 

Haye es un boxeador de muy buena técnica, extremadamente veloz para competir en la división máxima del pugilismo, y con buen poder de golpe en ambas manos. Supo ser campeón mundial de los pesados tras vencer al gigante ruso Nikolay Valuev (que mide 2.18 metros), para perder el título un par de peleas después con el menor de los Klitschko. Sin embargo hablar de él a partir de su experiencia como Heavyweight es un despropósito. Lo cierto es que Haye supo ser uno de los más grandes Crucero de la historia reciente del deporte, además de ser toda una estrella en Inglaterra.
Chisora, en tanto, es un tipo con muchos huevos, mala cabeza y peor suerte. Sus únicas tres derrotas vienen de un combate con la máxima promesa británica Tyson Fury, un robo contra la mentira Robert Helenius, y un digno papel contra Vitali Klitschko este año. No tiene buena técnica y suele llegar a sus peleas en mal estado físico. No es inteligente, ni rápido, ni tiene la mano tan pesada. Pero tiene muchos muchos huevos. Y frente a un tipo de calidad contrastada, así como mucho más pequeño físicamente como es Haye, eso puede llegar a ser suficiente para poner en aprietos a su rival. Además, no se puede dejar de lado el hecho de que Del Boy tiene... cómo decirlo? "problemitas". Suele ser agresivo por demás de forma natural. Su condición de boxeador es una prolongación de su forma de ser. Al altercado que protagonizó en febrero se le suma que, en la previa a su pelea con el mayor de los campeones ucranianos cacheteó a Wladimir y escupió a Vitali. Lo que se dice un tipo al que no le importa demasiado su salud.

 

La pelea está a punto de convertirse en la más taquillera de la historia del boxeo británico, algo extremadamente sorprendente teniendo en cuenta que no hay ningún título en juego. Pero la animosidad entre ambos es demasiado fuerte como para dejarla pasar. Luego de su combate contra Tony Thompson, se le prguntó a Wladimir Klitschko qué pensaba de esta pelea, y dijo "Dos derrotados por los Klitschko pelean entre sí? Por qué habría de interesarme?" dejando en claro que los dichos picantes no son exclusivos de Haye. De hecho es muy probable que el ganador de este combate enfrente al campeón a finales de este año, en especial por el renombre y éxito de taquilla que la velada está por tener.
Por último vale destacar que la pelea no ha sido sancionada por el Consejo Mundial de Boxeo, y que el British Board of Boxing le negó la licencia tanto a Haye como a Chisora luego de los incidentes ocurridos en febrero, y que ambos pelearán con una licencia emitida por la Comisión de Boxeo de Luxemburgo. Ridículo, si, pero nos permitirá presenciar un espectáculo que nadie se quiere perder.

Argentinos, a los Juegos

Con 66 medallas a lo largo de la historia de las olimpíadas, el deporte nacional fue más protagonista de hazañas que de una política elaborada

Boxeo, vela, atletismo y remo acumulan, en ese orden, más del 60 por ciento de las 66 medallas que el deporte argentino conquistó en los Juegos Olímpicos desde su primera participación en París, en 1924.

Con más tendencia a las epopeyas deportivas, gran parte de ellas individuales, que al resultado de una política en la materia –más allá de algunos intentos valiosos, como pudo haber sido Londres en 1948-, la participación argentina en los Juegos Olímpicos quedó librada, la mayoría de las veces, a la voluntad y el compromiso del atleta, de su entrenador, a la falta de recursos de los clubes, a la intervención escasa del estado y, en los últimos tiempos, a la posibilidad de gestionar sponsors no ya para el momento de la competencia sino para el supuesto “tiempo muerto” que transcurre entre juego y juego.

Por eso no es de extrañar que un deporte como el boxeo siga siendo (habiendo logrado una sola presea, Atlanta 1996, en los últimos 10 Juegos) el que más medallas acumula, aún observando su enorme retroceso en cuanto a calidad y cantidad de boxeadores: sólo 2 estarán en Londres, Alberto Melián (categoría pluma) y Yamil Peralta (pesado) ambos entrenados por un cubano, Sarvelio Fuentes. Un deporte en el que, además, la mujer ha pasado a ser el centro de atención mediática.

Nadie pudo ocupar esa vacante cuando el boxeo dejó de garantizar alegrías: 4 medallas de 6 en París 1924; 4 de 7 en 1928; 3 de 1 en 1932; 4 de 7 en 1936; 3 de 7 en 1948; 2 de 5 en 1952; 1 de 2 en 1956 y 1960; 1 de 2 en 1968 marcaron la hegemonía de una actividad (algunos todavía se niegan en llamarlo deporte) que tuvo desde Pedro Quartucci (luego devenido famoso actor) ganador del bronce en 1924, hasta el primer campeón del mundo argentino, Pascual Pérez, que obtuvo el oro en Londres 1948.

El hecho de que el polo dejara de ser, desde 1936, una disciplina olímpica frenó en 2 las medallas de oro que logró Argentina en ese deporte, donde los equipos nacionales estaban llamados a ejercer un claro predominio. Pero serían los deportes de agua los que contribuirían con el medallero nacional, con algunas experiencias en natación lejanas pero altamente meritorias como las de Alberto Zorrilla (oro en 400 metros, en 1928) y Jeanette Campbell (plata, 100 metros libre, en 1936) la única mujer entre los 50 deportistas que viajaron a los tristemente célebres Juegos Olímpicos de Berlín, en la Alemania hitleriana. Más acá en el tiempo (68 años) la cordobesa Georgina Bardach, en Atenas 2004 y en 400 medley, lograría el bronce.

Vela y remo fueron las otras dos disciplinas que permitieron ese predominio, ya que suman hasta aquí 12 medallas: desde aquél doble sin timonel de Horacio Podestá y Julio Curatella que logró el bronce en Berlín 1936 , pasando por el inolvidable oro en Helsinki de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en doble sin timonel, hasta el bronce y la plata de Alberto Demiddi en México y Alemania (en este caso, la única presea de Argentina en esos juegos), el remo nunca dejó de significar un motivo de expectativa.

Como ocurre con la vela, sobre todo en los últimos juegos. Tras lograr su primer medalla en Londres 1948 (Yachting, clase 6 metros), volvió a obtener otra vez el bronce en Roma 1960 en Yachting, clase Dragón) , para empezar con su actual impulso en Atlanta 96, donde Carlos Espínola en windsurfClase Mistral se quedó con plata, para repetir en Sidney 2000, en unos juegos donde el yachting sumó dos bronces (clase 470, Javier Conte y Juan de la Fuente, clase Europa, Serena Amato), dándole a Argentina 3 de las 4 medallas que se trajo desde Australia. En Atenas y Pekín agregaría medallas de bronce en Vela Clase Tornado (Carlos Espínola y Santiago Lange).

Históricamente fueron los deportes colectivos los que generaron una atención mayor y una expectativa distinta respecto de las posibilidades de éxito. El escaso saldo obtenido a lo largo de las 29 ediciones de los llamados Juegos Olímpicos modernos en esas disciplinas contagió la mirada sobre el resto de los deportes (poco conocidos, sin cobertura periodística habitual, con un número muy acotado de practicantes y espectadores) y remitió el interés a hechos excepcionales, como lo fueron la Maratón Olímpica que se adjudicaron Juan Carlos Zabala, en Los Angeles 1932, y Delfo Cabrera, en Londres 1948, (aunque en este último caso hubo otros 2 argentinos, Eusebio Guiñes y Armando Sensini, que llegaron en el quinto y noveno lugar). Lo llamativo de este último caso es que cuatro años después, en Helsinki alcanzaría su última medalla en esta práctica, al obtener Reinaldo Gorno la de plata, algo que ya parecía no ingresar en el rubro de lo excepcional, no obstante haber llegado Gorno detrás de Emil Zatopek, la Locomotora humana, y de quedar en quinto lugar Cabrera, a pesar haber mejorado en nueve minutos el tiempo con el que venciera en Londres.

La misma sorpresa se viviría hace 4 años, cuando los ciclistas Juan Esteban Curuchet y Wálter Pérez se quedaran con el oro en Madison, la única medalla que luce ese deporte.

La medalla de plata de Gabriela Sabatini en Seúl, 1988, y los dobles masculinos de Javier Frana y Christian Miniussi, en Barcelona 1992, y Paola Suárez y Patricia Tarabini, en Atenas 2004, en ambos casos logrando el bronce, son las tres marcas que dejó hasta aquí el tenis argentino en los juegos olímpicos.

El fútbol (2 de plata, 1928 y 1996, y 2 de oro, 2004 y 2008), el básquet (oro en Atenas, bronce en Beijing), el Hockey femenino (una de plata en el 2000 y bronce en 2004 y 2008), y el bronce logrado por el voleibol en Seúl 1988, son el aporte de esos deportes a un medallero que coloca a Argentina en el puesto 41 entre los 222 países que participan y que la sitúa en una cuarta ubicación en Iberoamérica, detrás de Cuba, España y Brasil y apenas por delante de México.

Desde aquél doble sin timonel de Capozzo-Guerrero, que en Helsinki 1952 obtuviera el oro, Argentina debió esperar hasta el 28 de agosto del 2004, es decir 52 años, hasta que el fútbol y el básquet, en un mismo día, le devolvieran la satisfacción del lugar más alto del podio.

Total Medallas Argentinas en los JJ.OO

PARIS 1924 (6 medallas: 1 oro, 3 plata y 2 bronce)

1) Polo - Oro

2) Luis Brunetto (atletismo, salto triple) - Plata

3) Héctor Méndez (boxeo, welter) - Plata

4) Alfredo Copello (boxeo, liviano) - Plata

5) Alfredo Porzio (boxeo, pesado) - Bronce

6) Pedro Quartucci (boxeo, pluma) - Bronce

- AMSTERDAM 1928 (7 medallas: 3 oro, 3 plata y 1 bronce)

7) Alberto Zorrilla (natación, 400 metros libre) - Oro

8) Víctor Avendaño (boxeo, medio pesado) - Oro

9) Arturo Rodríguez Jurado (boxeo, pesado) - Oro

10) Seleccionado de fútbol - Plata

11) Víctor Peralta (boxeo, pluma) - Plata

12) Raúl Landini (boxeo, welter) - Plata

13) Esgrima (florete por equipos) - Bronce

- LOS ANGELES 1932 (4 medallas: 3 oro y 1 plata)

14) Juan Carlos Zabala (atletismo, maratón) - Oro

15) Carmelo Robledo (boxeo, pluma) - Oro

16) Alberto Lovell (boxeo, pesado) - Oro

17) Amado Azar (boxeo, mediano) - Plata

- BERLIN 1936 (7 medallas: 2 oro, 2 plata y 3 bronce)

18) Polo - Oro

19) Oscar Casanovas (boxeo, pluma) - Oro

20) Jeannette Campbell (natación, 100 metros libre) - Plata

21) Guillermo Lovell (boxeo, pesado) - Plata

22) H.Podestá-J.Curatella (remo, dos largos sin timonel) - Bronce

23) Raúl Villarreal (boxeo, mediano) - Bronce

24) Francisco Risiglione (boxeo, medio pesado) - Bronce

- LONDRES 1948 (7 medallas: 3 oro, 3 plata y 1 bronce)

25) Delfo Cabrera (atletismo, maratón) - Oro

26) Pascual Pérez (boxeo, mosca) - Oro

27) Rafael Iglesias (boxeo, pesado) - Oro

28) Noemí Simonetto (atletismo, salto en largo) - Plata

29) Carlos Díaz Sáenz Valiente (tiro, pistola tiro rápido) - Plata

30) Vela (clase 6 metros) - Plata

31) Mauro Cía (boxeo, medio pesado) - Bronce

- HELSINKI 1952 (5 medallas: 1 oro, 2 plata y 2 bronce)

32) Tranquilo Capozzo-Eduardo Guerrero (remo, doble par) - Oro

33) Antonio Pacenza (boxeo, medio pesado) - Plata

34) Reinaldo Gorno (atletismo, maratón) - Plata

35) Eladio Herrera (boxeo, mediano liviano) - Bronce

36) Humberto Selvetti (levantamiento de pesas, pesado) - Bronce

- MELBOURNE 1956 (2 medallas: 1 plata y 1 bronce)

37) Humberto Selvetti (levantamiento de pesas, pesado) - Plata

38) Víctor Salazar (boxeo, mediano) - Bronce

- ROMA 1960 (2 medallas: 1 plata y 1 bronce)

39) Vela (clase Dragón) - Plata

40) Abel Laudonio(boxeo, liviano) - Bronce

- TOKIO 1964 (1 medalla de plata)

41) Carlos Moratorio (equitación, prueba de tres días) - Plata

- MEXICO 1968 (2 medallas de bronce)

42) Mario Guilloti (boxeo, welter) - Bronce

43) Alberto Demiddi (remo, single scull) - Bronce

- MUNICH 1972 (1 medalla de plata)

44) Alberto Demiddi (remo, single Scull) - Plata

- SEUL 1988 (2 medallas: 1 plata y 1 bronce)

45) Gabriela Sabatini (tenis, single femenino) - Plata

46) Seleccionado de vóleibol masculino - Bronce

- BARCELONA 1992 (1 medalla de bronce)

47) Javier Frana-Christian Miniussi (tenis, dobles) - Bronce

- ATLANTA 1996 (3 medallas: 2 plata y 1 bronce)

48) Carlos Espínola (vela, clase Mistral) - Plata

49) Seleccionado de fútbol (masculino) - Plata

59) Pablo Chacón (boxeo, pluma) - Bronce

- SYDNEY 2000 (4 medallas: 2 plata y 2 bronce)

51) Hockey sobre césped (equipo femenino) - Plata

52) Carlos Espínola (vela, clase Mistral) - Plata

53) Juan De la Fuente-Javier Conte (vela, clase 470) - Bronce

54) Serena Amato (vela, clase Europa) - Bronce

- ATENAS 2004 (6 medallas: 2 oro y 4 bronce)

55) Fútbol (equipo masculino) - Oro

56) Básquetbol (equipo masculino) - Oro

57) Carlos Espínola-Santiago Lange (vela, Tornado) - Bronce

58) Hóckey sobre césped (equipo femenino) - Bronce

59) Georgina Bardach (natación, 400 metros medley) - Bronce

60) Paola Suárez-Patricia Tarabini (tenis, dobles) - Bronce

- BEIJING 2008 (6 medallas: 2 oro y 4 bronce)

61) Fútbol (equipo masculino) - Oro

62) Juan Curuchet-Walter Pérez (ciclismo, prueba Madison) - Oro

63) Hockey sobre césped (equipo femenino) - Bronce

64) Paula Pareto - (judo, categoría 48 kilos) - Bronce

65) Carlos Espínola-Santiago Lange (vela, Tornado) - Bronce

66) Básquetbol (equipo masculino) - Bronce.

miércoles, 11 de julio de 2012

HOMBRE EN LLAMAS


Cuento de básquet

En la Patagonia Argentina el básquetbol es una predilección obligada fundamentalmente por el clima. Elevadísimos vientos, altas temperaturas y caída de nieve, terminan complicando la labor de realizar deportes al aire libre. Por eso los gimnasios cerrados invitan a los habitantes desde el Sur de La Pampa hasta Tierra del Fuego a que opten por estar al resguardo de las inclemencias del clima.


En la ciudad de Neuquén se encontraba un personaje muy jugoso que jugaba al básquet en Independiente y que a la vez era malabarista de un circo. Se trataba de Aldo “Calavera” Sampietro y estaba más para jugar en los Harlem Globber Trotters que en el Rojo Neuquino que participaba de la Liga Nacional “B”. Las fantasías ineficaces que realizaba con la pelota eran más para el show del entretiempo que para ser un jugador profesional. Lo que tenía a favor en defensa era el poder de anticipación para robar balones como Emanuel Ginóbili. Y en ataque su tiro certero de tres puntos a la carrera o como se conoce a nivel mundial “a la brasilera” (es cruzar la mitad de la cancha en contragolpe cuando está retrocediendo la defensa rival y el jugador que lleva la naranja en vez de penetrar o dar una asistencia, efectúa el tiro de tres puntos en velocidad), era la sensación en el básquet patagónico.

Al terminar los entrenamientos siempre sacaba su maletín circense (poseía las herramientas de trabajo de un malabarista, clavas comunes y con mechas para prender fuego, pelotitas de colores, combustible, monociclo, etc.) y se ponía a joder con los muchachos. Un día que se había puesto a escupir fuego y se tragó un poco de alcohol de quemar sin querer y que le había hecho efecto de borrachera, se le ocurrió una idea fuera de lo común, ya que siempre la inventiva para mejorar sus shows circenses la mezclaba con el básquet. Si perdía les pagaba un asado a todo el plantel y si ganaba, tenían que ir los compañeros a verlo una semana seguida al circo. El propósito era que uno de sus tantos triples a la carrera iba a prender fuego la red del aro. Todos lo miraron perplejos y se empezaron a matar de la risa y aceptaron la apuesta. Aunque el Cala era medio loco pero no comía vidrio, había conseguido dos cómplices: Cacho el canchero (el que limpiaba el estadio) y Palito Larrañaga (medía 2,12 metros).
Se venía un partido decisivo contra Centro Español de Plottier y el plan estaba más que fríamente calculado: totalmente on fire. Calavera salió desde el banco en el arranque del segundo cuarto. Independiente no había podido correr un contragolpe ni de casualidad. Plottier venía metiendo casi todo desde afuera y el relevo defensivo era un relojito. El que podía romper el molde era Aldo Sampietro con sus robos en primera línea. Pero necesitaba que Palito saliera disparado como alma que se la lleva el diablo para que busque el rebote ofensivo.Al tercer roboluego de meter dos giros con el balón para eludir un par de rivales, clavó los frenos como un Scania a 120km/h y se tomó 2 segundos para esperar que Larrañaga llegara debajo del cesto. Tiró de 3 puntos y apenas la bola llegó a destino, Palito pegó un saltito y rozó la red, la cual se prendió fuego en el mismo instante que la pelota concluyó en triple. Nunca se supo cómo el Cala logró su cometido. Dicen que a Palito se le cayó un encendedor del bolsillo del pantalón de básquet en el vestuario. Y que  cuando Cacho fue a cambiar la red del otro aro que había quedado sana, tenía un olor a kerosene que mataba…

martes, 10 de julio de 2012

‎Jack Johnson, el primer Campeón Mundial negro


Jack Johnson tiene el honor de ser el primer negro Campeón Mundial de los pesos pesados entre 1908 y 1915 y según la International Boxing Research Organization (IBRO) fue uno de los 10 mejores pesos pesados de la historia.
En un documental sobre su vida, Ken Burns dijo: "Durante más de trece años, Jack Johnson fue el afroamericano más famoso y notorio de La Tierra."
Tras haber obtenido su Titulo del Mundial de los Pesos Pesados frente a Tommy Burns, las muestras de racismo contra Johnson se acrecentaron tanto que incluso el escritor Jack London solicitó la llegada de "La Gran Esperanza Blanca" que rescatara el título de manos de un negro como Johnson (que a menudo era caricaturizado como un simio) y lo devolviera al lugar al que supuestamente pertenecía, a manos de un blanco. Muchos fueron los boxeadores blancos que intentaron llegar a ser esa Gran Esperanza Blanca, pero todos fracasaron, incluso el ex-campeón mundial James J. Jeffries, que volvió del retiro con esta única misión pero sin exito en la misma.

En este vídeo de #reznick6 podemos apreciar archivos ÚNICOS de sus entrenamientos,sus peleas y su extraño estilo boxistico.

jueves, 5 de julio de 2012

Monzon y la literatura

La literatura tiene a Carlos Monzón como fuente permanente de inspiración. El fantástico púgil sanjavierino que nació el 7 de agosto de 1942 en el barrio La Flecha (San Javier, Santa Fe) y falleció el 8 de enero de 1995 en un accidente de tránsito en el Paraje Los Cerrillos (Ruta Prov. N°1, Santa Fe). Fue campeón mundial categoría mediano entre 1970 y 1977 y defendió su título con éxito en 14 oportunidades. La carrera deportiva de Monzón, sus orígenes, su personalidad, su relación con el espectáculo y sus protagonistas, “obligan” a los escritores a mantenerlo presente cuando deciden elegir en el deporte una figura a reflejar en sus obras.

Posiblemente la lista sea incompleta y el compromiso de actualizarla queda impuesto. Periodistas redactaron la vida de Monzón desde la precisión de sus propios datos e investigaciones como por ejemplo la obra Mi Verdadera Vida (Como se lo confesó al periodista Ernesto Cherquis Bialo) y Monzón Secreto de Sumario de Marilé Staiolo. Otros comunicadores tomaron al púgil para novelar su vida tal es el caso de Sergio Sinay y su Dale Campeón. Ya en los relatos más literarios que periodísticos se destaca La Noche de Mantequilla de Julio Cortázar que es un cuento policial que tiene como fondo ambiental una pelea de Monzón y el texto de Ana María Shua llamado La Revancha. Encuadrados en el aspecto relacionado con su vida privada existe el libro Una Historia de Amor Locura y Crimen Carlos Monzón Alicia Muñiz de autores varios y El Romance del Siglo (La Verdadera Historia. Susana Giménez y Carlos Monzón) de Jorge Novoa. Como curiosidad es para destacar que el supuesto testigo del momento de la muerte de Alicia Muñiz tiene un texto publicado: es el famoso cartonero Rafael Baéz que tituló su libro nada menos que Yo Derroté a Monzón.
Pero las fronteras se extinguen y el prestigio y reconocimiento de Carlos Monzón fuera de Argentina tiene en Francia su lugar más importante. El periodista y escritor francés Henry Pessar forma parte de este listado con su MoiCarlos Monzón, obviamente en idioma galo y que cuenta con el prólogo del actor Alain Delon que era amigo del peleador costero. El libro se conoció en 1975 en pleno auge del boxeador no sólo a nivel profesional sino también personal. Era por entonces el deportista argentino más conocido en el mundo. Es una biografía y está acompañada con una serie de fotografías de inigualable valor.
Las demás manifestaciones artísticas no fueron menos que la literatura y tanto el cine como la música hicieron lo suyo. No es momento de desarrollar el tema pero no faltará oportunidad. Sí es oportuno relacionar las letras con la música y que mejor forma que una poesía que se transforma en canción. El compositor y cantante León Gieco dedicó su tema Puño Loco a Carlos Monzón y se lo puede escuchar como cierre de la película Carlos Monzón el Segundo Juicio de Gabriel Arbós. Como también nos sirve hoy, estimados, como cierre de la presente crónica:

Hice caer el cielo, rompí todos los vientos,
hice llorar solo con un puño loco.
Hice hablar al mundo, latir su corazón,
Le hice ver que la sangre era de todos.
Si estuviera acá, con campanas soñaría
Requiem para un luchador callejero.
Fui un mago más, piedra dura de romper
Fui el rey del club de lo oscuro.
(Fragmento de Puño Loco de León Gieco)
En su pago natal, San Javier, también le han dedicado alguna que otra prosa, como "La Soledad del Campeón", un cuento del Dr. Hugo Ríos, a quién tuve la oportunidad de entrevistar hace unos años con motivo del estreno del cortometraje que se gestó a partir del cuento. 
A continuación les dejo la entrevista publicada originalmente en el blog Golondrina.

Hugo Ríos es médico y escritor. Para muchos es sólo Doctor Ríos. Hace literatura folclórica con los relatos de la costa, nacido y criado en San Javier, tierra que menciona permanentemente junto con sus mitos y leyendas. Ha recopilado y seleccionado relatos para escribir algunos cuentos que fusionara entre ficción y realidad (anécdotas de amigos entre otras) con un solo deseo, “pintar su aldea”, como menciona en el prólogo de su primer libro. Hugo cuenta con tres libros publicados, en uno de los cuales  se encuentra el cuento que es motivo de esta charla “La Soledad del Campeón” del libro “El Demonio de Río”, cuento que se ha convertido en cortometraje y que lo tiene como guionista y actor encarnando a su amigo Pablo Escobar.
Habiendo pactado ya la entrevista, Hugo me recibe en su consultorio – como si fuese un paciente más y luego de la debida espera- sentado frente al escritorio gastado donde seguro ha pasado miles de horas de su vida y ansioso por hablar de lo que lo apasiona. Me recibe cuál si fuera un conocido de toda la vida y el saludo me bastó para notar en sus ojos transparentes la emoción contenida por el reconocimiento…
Con el hielo roto, empiezo por proponer lo que, en principio me atañe…

-¿Cómo nace el cuento “La Soledad del Campeón”?
-Este cuento nace a través de la concepción de un mito: el mito Monzón. Los mitos son algo que se implanta en el pueblo y trasciende generaciones a través del tiempo porque son una forma de expresar el saber arcaico, el saber que deja el tiempo. De esta forma es que conocemos mitos como el de la “difunta Correa”, como el del “Gauchito Gil”, que perduran en el tiempo. En este caso el mito Monzón es algo que está entre los sanjavierinos, nosotros lo hemos vivido desde chicos.
Yo nací en San Javier pero para ir al secundario fui a parar a la casa de mi abuela en Santa Fe, en Barrio Barranquitas, a media cuadra de donde vivió Monzón con la “Pelusa”…

-¿Se puede decir que es un privilegiado por haber presenciado los comienzos del “Negro”, bien de cerca?
Con Monzón hicimos caminos paralelos. Solo una vez nos encontramos personalmente. Él se fue de San Javier, yo también me fui de San Javier; él se fue a Barranquitas, yo también me fui a Barranquitas. Siempre se lo veía por el barrio y cuando de adolescentes jugábamos al futbol y lo invitábamos a jugar a Monzón, el no nos daba pelota porque se iba con su bolsito al gimnasio a entrenar, era un tipo de una perseverancia extraordinaria.
Hay dos cosas que hicieron que naciera la “Soledad del Campeón”. Una de ellas, pasar siempre frente al monumento y verlo tan solitario. Es una soledad que aumenta con el abandono, los yuyos altos, las placas que quedan se han borrado por el paso del tiempo y las demás se las han robado. Esta sólo parado en medio del ring más precario que le ha tocado…

-Sólo y rodeado por las catorce columnas a sus espaldas (cada una de ellas representa una defensa de título mundial)…
-Exactamente. Sólo las columnas, porque las placas ya están desapareciendo. Todo el mundo habla del abandono en que está el monumento y de lo que se podría hacer por mejorarlo, sin embargo nos quedamos sólo en las palabras.
Por otro lado, se unió a una anécdota que me contó Pablo Escobar, un viejo boxeador que fue campeón nacional y entrenador de box en San Javier. En una de esas tardes que compartíamos Pablo me contó que “Cucho” (otro ex boxeador, amigo y ex pupilo de suyo) había ido a pedirle el equipo de box que tenía guardado y que él tanto cuidaba (trofeo de sus épocas de pugilista); y que lo llevara al monumento de Monzón en su camión, porque quería sacarse una foto vestido de boxeador con Monzón a su lado; y que lo acompañara en esa misión un poco fuera de lo común. Escobar era un hombre muy bueno, muy comprensivo detrás de su aparente dureza; y sin objetar demasiado le prestó ese traje que guardaba y que a nadie prestaba y  lo llevó. Cuando bajó allá vestido de boxeador, le dijo que en realidad no venia a sacarse una foto sino a pelearlo a Monzón, que su sueño era pelear con Monzón y así peleó con la estatua como un loco, imaginando ese contrincante al que no muchos habían podido derribar. Todos se reían, pero lo acompañaron en esa especie de sueño.
“Cucho” tenía el sueño de pelear con Monzón, él había hecho box con Pablo y según lo que cuentan, tenía lo suyo pero luego el alcohol lo fue venciendo. Así pude imaginar qué sería si un boxeador fanático de Monzón fuera a pelearlo, es decir, fuera a cumplir un sueño y si en medio del sueño se encontrara con una realidad distinta. Con que Monzón aceptó esa pelea y por supuesto lo desfiguró  a golpes, pero la alegría de “Cucho” era llegar hasta el final de esa pelea aunque tuviera que dejar la vida.

-El cuento se divide en dos partes: la de realidad, que es la anécdota; y la parte ficcionaria, que proviene de su imaginación. Propone al lector una diversidad de imágenes…
-Así es. Entra en juego la imaginación del que lo lee también porque tiene múltiples finales y un abanico de significados. Algunos dirán que estaba sufriendo una alucinación al momento de recibir lo golpes o al esquivarlos. ¿De donde provenían los golpes, de una materialización del alma, de la psiquis o realmente era el espíritu de Monzón?
-“La soledad del campeón” es un homenaje a Pablo Escobar, a Carlos Monzón, pero también es una homenaje a San Javier y a todos aquellos que creemos que el monumento a Monzón debería estar en San Javier, donde él nació, en su lugar; y no donde murió…
Siempre se habla de eso. Yo he estado en la filmación del corto en el rancho donde vivió Monzón, -en el lugar, porque el rancho ya no está- y siempre se habla de levantar un monumento; un recordatorio, algo que nosotros sentimos que le debemos al “Negro”, porque San Javier se portó muy mal con Monzón en sus comienzos. Cuentan que cuando necesitó ayuda para viajar a un campeonato panamericano o algo así vino a pedir ayuda acá y algunos se reían de él por su porte físico, los viejos amigos también se le reían y los comerciantes no lo apoyaron…Eso fue una herida muy profunda para él.

Le debemos un homenaje porque eso de levantar un monumento donde murió (Ruta 1, Paraje Los Cerrillos) es un poco tanatico y sin sentido. El sentido está donde está la gente que lo quiere, que lo reconoce hoy por hoy, donde le van a llevar flores, donde el sentimiento de la gente es mucho mas profundo que el transeúnte que pasa, mira y se va.  La generación del cuento está basada en el sentimiento que le produce a uno verlo solo a él, pero también aprovechar la oportunidad de alguien que tenía un ideal; un sueño de pelear con Monzón. Yo creo que el mejor homenaje que se le podía haber hecho a Monzón es que alguien quisiera pelearlo, eso a él lo revivía, le despertaba ese instinto Mocoví de pelear, de guerrero; de salvaje…

-¿El escenario del cuento es parte de la anécdota?
-Lo que existió realmente es hasta la llegada al monumento, en el momento en que empieza a pelearlo el cuento toma otro color.
Ahí comienza en otra dimensión el cuento, completa a los adversarios en su dimensión, uno por volver a pelear y el otro con el sueño de enfrentarlo.

-¿Cómo es que este cuento llega a convertirse en cortometraje, en quién se  origina la idea?
Esa fue una idea de mi hijo  Martin (Ríos) que está haciendo cine en Buenos Aires ya que el cine es su pasión y lleva hechos dos o tres cortos. Él me preguntó cuál podía ser el tema del próximo corto y ahí le dije que tomara algún mito de los que tenemos en la costa, como el Chira Molina, algún acontecimiento sangriento, o Monzón… que para nosotros sigue vivo.
Entonces le intereso lo de Monzón, y volvió a leer el cuento y me preguntó si me animaba a hacer un guion. Como yo  estaba metido en el cuento se me hizo fácil hacerlo, lo hice y después se lo llevó para hacerle algunos retoques.
Quedamos muy conformes con el resultado y la adhesión de la gente, que en principio no entendía el porqué de “ese loco que peleaba con una estatua”.

-Supe que era muy amigo de Pablo, ¿Qué le produjo a usted encarnar a su amigo Pablo en el corto?
-(Se ríe y luego de unos segundos responde) Por accidente, porque quien iba hacer el papel de Pablo Escobar no llegó a la filmación y no había quien actuara de Pablo, que conociera su forma de hablar, sus gestos. Entonces me dijeron cálzate una remera, un short y las chancletas que vas a hacer de Pablo.

-Y encarnó a otro campeón sanjavierino…
-(Pude ver como de ojo derecho bajaba hacia su mejilla una lágrima que habló por sí sola, muy emocionado y casi sin palabras respondió). Así es. Ese era Pablo, un gran amigo. Después de la edición, realmente me emocionó mucho. Me gustó. Todo esto realmente justificó mis años en la literatura regional. Por supuesto que a mí como a todos me hubiese gustado tener la presencia del “Negro” Monzón.

-¿Cuál es su reflexión general sobre La Soledad del Campeón?
-Sensaciones y sentimientos encontrados de muchos aspectos.
Cuando se inauguró  el monumento había placas de todos los municipios de la zona y la de San Javier aún no estaba, no había llegado todavía. Primer soledad. Su cuna, el lugar donde nació, su pueblo sin haber puesto la placa recordatoria. La segunda soledad es el olvido, el abandono al que está sometido…
Sé que nos duele a todos no tener su monumento en San Javier, aunque sea un recordatorio. Cuando vienen turistas franceses, italianos, portugueses o vaya uno a saber de qué otro lugar, quieren conocer el rancho donde nació Monzón, y no todos conocen ese lugar, hay guías que ya están acostumbrados y los llevan aunque ya no esté el rancho, que ni siquiera era de barro, era por completo de paja. En fin, son muchas las soledades del campeón, más nuestro sentimiento de dolor por haberlo dejado solo y porque nos duele su soledad.
Todos sabemos que al hablar de Monzón en cualquier lugar del mundo nos entienden, porque el mundo recuerda sus golpes, similar a lo que ocurre con otros deportistas argentinos que son insignia nacional, pero con Monzón es distinto porque es sanjavierino y  aunque hayamos dejado un vacio en su pecho va seguir siendo nuestra bandera y orgullo costero.

Al salir del consultorio, después de más de una hora de charla, veo pacientes esperando por su consulta, apretados en los sillones que dispone la sala de espera. Y yo me voy con lo que vine a buscar y con mucho más, la impresión que me dejó un tipo orgulloso de su pueblo a pesar de todo y con la imagen de un “viejo” que todavía se emociona hasta las lágrimas cuando habla de Monzón, de sus amigos y de San Javier…

La entrevista fue hecha al momento del estreno del cortometraje “La Soledad del Campeón” y  para archivo propio, que luego serviría para rendir una materia. Me pareció muy interesante el cuento y lo que nos propone, pero es mucho mas jugosa la anécdota disparadora de éste y además la forma en que Hugo habla de esa situación con esa voz firme e impregnada de temple costero, un lujo escucharlo hablar.
A  esta altura, ya más de un año ha pasado y sus palabras consiguen esa significancia que no dejan que el tiempo se las lleve.
Gracias a Hugo Ríos por su predisposición y ejemplo…